Capítulo 11 | Llegó el día

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Y llegó el día. Un jueves de julio, Pierre, el asistente de Paul, me llamó y me fui corriendo a una sala. Todo el equipo, al ver mi cara y cómo corría, se puso en la puerta. Escuché atentamente y mi sonrisa iba en aumento. Cuando colgué, no podía evitar sonreír como pocas veces lo había hecho. Abrí la puerta y ahí estaban todos, con cara expectante y deseosos de saber. 

- ¡¡¡¡Paul Dettier quiere que vayamos a presentar!!!!

Tardaron unos segundos en reaccionar, hasta que Gonzalo gritó:

- OH LÀ LÀ! - dijo mientras me abrazaba, 

Tras él, todos y cada uno de ellos me llenaron de besos e intentaron mantearme. Sol me miró fijamente y me guiñó un ojo, lo que hizo que me pusiera más nerviosa aún de lo que estaba. 

Logré calmar el ambiente y me fui al fondo de la sala.

- Chicos, es un paso enorme. Si esto sale, podría ser la salvación de la empresa para dentro de muchos años. Y sería el principio de algo increíble, ¡nos podríamos expandir fuera de España!

- Yo siempre he visto a Sonder en Bali, justo en una villa de estas que...

- Calla, Carlos - le espetó Cris - sigue, Julia.

- A Bali te voy a mandar yo mañana mismo, si - me reí - me han dicho que quieren vernos este fin de semana mismo. Saldría mañana. Sé que es precipitado, pero tenemos la presentación preparada. Habría que actualizarla con algunas cosas que he ido viendo estos días y así me pongo a estudiar hasta las comas.

- Ya mismo repaso y la envío - dijo - a primera hora de la tarde la tienes.

- Gracias, Fer. Me tendré que comprar Sumial al salir...qué nervios - moví las manos con grandes aspavientos - iré sola, que no quiero enmarronaros un finde.

Un silencio corto invadió la oficina.

- Yo puedo ir contigo, Julia - Sol saltó como un resorte. 

- ¿Seguro? ¿No tienes planes? 

- Si no, voy yo... - Cris me miró fijamente. 

- Empiezas hoy tus vacaciones y tienes que descansar - le devolví la mirada - no querrás perder el vuelo, ¿no? 

- Yo era por ayudar, pero veo que Sol sí que puede, así que genial - su tono sonó un poco irónico. 

- Que sí, que me iba a ir a casa este finde pero el coche me ha dejador tirada. Además, ¿a quién no le gusta París? 

- Bueno, lo que quieras - me ardía el pecho de pensarlo - yo tengo que ir. Son dos noches, en un hotelazo, eso sí. Si al resto os parece bien, viene Sol.

Todos asintieron al unísono. 

- Pues decidido. Te vienes conmigo, Sol.

Internamente estaba dando saltos de alegría.

- Necesito todos tus datos para enviarlos al secretario de Pierre y que te lo pongan en el billete. Y ahora, al acabar, unas cañas rápidas para celebrarlo, ¿os parece?

- ¡Bien! ¡Esto está chupao! ¡A por ellos! - y me volvieron a abrazar.

Bajamos a La Sidrina con la emoción recorriéndonos el cuerpo. Estábamos todos bastante excitados por lo que se venía encima y las posibilidades que nos ofrecía que nos recibieran en París. Pedimos varias rondas y no paramos de hablar de cómo lo íbamos a hacer, que si sería finalmente en inglés...un sinfín de cosas que hizo que Jose María viniera varias veces a mandarnos bajar el volumen. 

Le invitamos también a sumarse un rato a nosotros y compartir la alegría que teníamos. Me alejé un poco del revuelo, cogí un cigarro y me salí fuera para llamar a mi familia. Cogió mi madre el móvil y le conté la noticia. Mi hermana pequeña apareció por detrás y me saludó con gran efusividad. 

- Vas a llegar lejísimos, Julia - mi madre tenía una sonrisa de oreja a oreja - ¿has llamado a tu padre? Le hará ilusión. 

- Parece que sigáis casados - me reí - le mando un mensaje, estará liado en el trabajo. 

Sol apareció por detrás con una cerveza en la mano. 

- ¡Hola! - saludó mi madre - a ti no te conozco, ¿quién eres? 

- Mamá, es Sol. Te he he hablado de ella - me sonrojé 

- ¡Disculpad! Perdón, no sabía que estabas hablando con tu madre, lo siento lo siento mucho - se retiró unos paso hacia atrás. 

- Mujer, qué exagerada eres. Le estaba contando lo de París . Mamá, Sol se viene conmigo - la miré y sonreí - va a ir todo genial con ella. 

- Apenas te veo pero me transmite buena vibra...

- Mami, ya que empiezas con tus cosas de chamán...me voy a seguir celebrando, mañana os cuento mejor. 

Colgué al segundo. 

- Te parece mucho a ella. Perdón, pensé que estabas hablando con Marc o algo. No debí interrumpir. 

- No le he contado a Marc aún nada - puse una cara triste - pero bueno, luego le llamo. Ahora, a seguir un rato y a casa, que mañana despegamos pronto y hay que hacer la maleta. 

- Hay tiempo para contárselo. ¿Sabes qué? Me gusta que sea un día 7 - Sol me acarició el brazo - y me gusta pensar que me voy contigo a París. 

Notaba la mirada penetrante de Cris en mi nuca y no me quise girar para verla. Porque sabía  lo que estaba pensando. 

Los días con Sol [chicaxchica] | COMPLETAWhere stories live. Discover now