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Ryomen Sukuna - Au SukuIta

ꨄ︎ Universo sin Maldiciones. ꨄ︎

Amor, amor y más amor ¿Cuándo se empezó a ir todo a la mierda? Tal vez ni siquiera lo recuerda, los besos que le daba a su pareja, las caricias que eran dadas siempre fueron recibidas pero no de la misma forma, no con el mismo cariño.

¿Por qué no fue con el mismo cariño? ¿Por qué terminaba todo al poco tiempo de que ese "sentimiento de amor" comenzaba a florecer en su interior? Tal vez no supo aprovechar esos encuentros, tal vez ni supo cómo demostrar que el amor inundaba su corazón y alma. Ah, tal vez si fue eso.

Ryōmen Sukuna tenía la mala suerte, según él, de terminar de la peor forma y con el corazón hecho pedazos.

– ¿Puede existir algo malo en ti? Tu cara es pasable, tu cuerpo también pero eres un idiota. – Mahito hablo de mala gana, bebiendo lo que aún quedaba de su café y dándole una mirada rápida a Sukuna quien se encontraba delante de él.

– Te cité aquí para ayudarme con mi pareja, no para que me dijeras cosas estúpidas, si hubiera querido eso, le hubiera dicho a Gojou o Getō.

– Digamos que tengo ideas que pueden gustarte así como le pueden gustar a tu pareja, es un amargado al igual que tú así que puede que le gusten.

– Sabes qué. Olvídalo, iré a verlo, tengo que cambiar si quiero conservar mi relación por un largo tiempo, tu pagas.– dijo sukuna, levantándose de su asiento para reír al ver la cara de Mahito en ese momento, salió de la cafetería pues iría en busca de su actual pareja.

Sukuna llevaba casi un año con ese chico, después de su última relación, la cual terminó por infidelidad, fue a dar a un bar cualquiera, encontrándose con ese chico de apariencia inocente la cual tenía pero no mucha.

Al llegar abrió la puerta del departamento, quitándose los zapatos para adentrarse al interior del lugar, al llegar a la sala pudo ver a su actual novio acostado en el sillón jugando con su celular.

– ¿Hola? – dijo algo nervioso mientras se acercaba a él.

– Llegaste – Murmuró, dejando el aparato de lado para reincorporarse en aquel sofá.– te estaba esperando, hice la cena, podemos comer primero y después hablar.

– ¿Puedo ir directo al postre? – Murmuró Sukuna, quitándose la corbata para después tomar a su pareja entre sus brazos la cual correspondió de la misma forma.

Esa noche se la pasaron en caricias, besos y mucho más que besos. Sukuna era delicado con su pareja al punto de preguntar si tal cosa que hacía le gustaba o si no le gustaba, quería cambiar por él.

Al despertar lo único que sintió fue la cama vacía, su mano derecha busco a su pareja la cual no estaba en aquel lugar, en aquella cama y posiblemente en aquel departamento que Sukuna había comprado para él. Abrió los ojos para esta vez comprobar si no estaba, y así fue, se levantó, vistiendo solo un boxer para ir a la cocina, pasando antes por el baño para comprobar si no estaba ahí.

– ¿Se fue? – No estaba, su pareja se había ido pero tal vez solo salió por comida ¿Tal vez era eso? No quería ser un novio celoso y posesivo como antes pero... – ¿Dónde estás? – cuando se dió cuenta ya estaba marcandole al celular.

« Esto no está funcionando» fue lo único que escucho pues su antigua pareja ya había colgado. 

– ¿No estaba funcionando? – Observó el celular, la imagen de él y su pareja se mostraba en la pantalla, trago pesadamente, era imposible que todo eso se terminara de un día a otro.

Sukuna se vistió lo más rápido que pudo, tomando sus llaves de aquella mesita al final del pasillo, se colocó los zapatos y salió de ese departamento en busca de su exnovio, tenía que arreglar las cosas.