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un mes. toda un mes donde jongho y yunho hablaron y compartieron momentos juntos, momentos felices que jung tatuaría en su memoria para nunca olvidarlo.
estaba hermosamente enamorado.
y no podía hacer mas que confirmarlo cada vez que lo tenía enfrente, automáticamente se sentía en otro lugar donde todo era rosa pastel y dulce, tan dulce como jongho.
pero, ¿por qué seguía dudando de sí mismo? sabía perfectamente lo que estaba pasando, pero aún la voz en su mente le decía que nada de esto era real que sólo se estaba ilusionado más y que dolería una vez que caiga de lo más alto.
— ¿oye?
el pelirrojo le tocó el hombro repetidas veces tratando de llamar su atención, duró unos segundos más para que el antes nombrado saliera de su ensueño.
— ¿me escuchaste?
la cara de yunho se pintó de carmesí — en realidad, no.
jongho frunció el ceño y se cruzó de brazos — estaba en la parte más importante de la serie y no me escuchaste — miró a otro lado indignado. — ya no me acuerdo que decía.
en cambio para yunho eso fue lo más lindo que a visto. sin poder evitar reír soltó carcajadas tratando de ocultarlas con sus manos siendo un fracaso. paró una vez que sintió las manos de choi sobre sus mejillas, jongho amazo su rostro y se acercó demasiado, al punto que sentía su respiración sobre la comisura de sus labios.
— tienes una linda risa — afirmó jongho — ,no la había notado.
yunho miró a otro lado. la timidez es un juego, y yunho siempre perdía en el.
— su-supongo.
jongho sonrió tomando asiento nuevamente. tomó la mano de él peliazul y un marcador en el bolsillo delantero de su bolso, colocó varios números y letras, por último una carita sonriente.
— sabes... — por último guío su mano hasta dejarlo sobre el pecho de el alto — habrá otra fiesta en casa de mis amigos, me gustaría verte ahí.
yunho parpadeo varias veces — ¿a mí? ¿por qué?
choi rió en bajo — por que será, tonto — se levantó de su asiento tomando su bolso — nos vemos.
con ello se fue despidiéndose con la mano repetidas veces. una vez que yunho estuvo solo miró la palma de su mano con tinta sobre ella, y la linda cara sonriente que estaba ahí. sonrió tan grande que sintió su estómago revólverese con mariposas y su rostro cosquilleando.
— moriré de amor — dijo para sí mismo.
no escucho tu nombre, ni siquiera a dicho tu nombre. y de los nervios, comenzó a escuchar de nuevo la voz en su cabeza.
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