𝗢𝗠𝗘𝗚𝗔

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Los estereotipos siempre han estado marcados

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Los estereotipos siempre han estado marcados. Te hacen recordarlos a donde quiera que vas, todo el tiempo. Y es... frustrante.

Kageyama Tobio nació en una familia de alfas. Desde sus abuelos hasta sus primos y sus hermanos, Miwa y Daisuke. Algún beta como excepción y, por supuesto, su madre, una omega.

Los alfas eran grandiosos a los ojos de todo el mundo. Caracterizados por ser dominantes, fuertes, imponentes, líderes natos.
Ocupando dos sextos de la población. Siendo la segunda casta más abundante, después de los betas.

Aunque, realmente, Tobio nunca le prestó mucha atención a esto. Porque, la verdad, no le interesaba en lo más mínimo.

Su mente se llenaba con pasar tiempo con su abuelo mientras jugaban voleibol, disfrutar de la comida y jugar con su mejor amigo, Goshiki Tsutomu.

No tenía de qué preocuparse. Todas sus habilidades, su cuerpo, sus genes, le destinaban un futuro como un alfa fuerte, capaz, habilidoso y digno.

Durante sus días en la escuela secundaria esta hipótesis sólo se alimentaba más.
Tenía grandes dotes y talentos. No había duda, Kageyama Tobio, aún sin presentarse, era un alfa de alto rango.

Pero, tres años después, todos en su clase se habían presentado oficialmente. Todos, excepto él.
Su equipo de voleibol, fueron, afortunadamente, betas y alfas. Nada de lo que Tobio se pudo sorprender.

Kunimi resultó ser un beta con mayoría de hormonas alfa y Kindaichi era un alfa con hormonas niveladas.

El año terminó y, finalmente, Tobio no se presentó durante el tiempo escolar.
Incluso después de los momentos de tensión y los emocionales, no hubo ni rastro de su subgénero.
Así que, su familia y personas que lo conocían, asumieron que sería un beta de alto rango.

Sin embargo, apenas comenzando las vacaciones de verano, antes de hacer sus exámenes para la preparatoria, finalmente se presentó.
Con un dolor insoportable y un calor sofocante. En su soledad, mientras se retorcía en sus sábanas, anunció que Tobio Kageyama, era, en realidad, un omega.

Tuvo que llamar a su madre por ayuda. Ella lo arrulló y consiguió todo lo que necesitaba mientras le explicaba el porqué de cada cosa.
Un celo cada dos meses, afortunadamente, no tan dolorosos como el primero. Porque si Tobio tenía que ser sincero, le dolería menos cortarse una pierna que esa mierda.
No es para dar detalles, pero, es lo más incómodo y doloroso que ha sentido en toda su vida.

Creyó que la peor parte había pasado cuando su celo terminó.
Ciertamente no imaginó que el ser un omega sería agotador y realmente molesto.

Descubrió la mayoría de los estereotipos y los comentarios fuera de lugar por el simple hecho de ser un omega. Eso, quitándole el hecho de que jamás había notado con tanta claridad lo estúpidos, acomplejados y, realmente, hormonales que eran los alfas, hasta ahora.

𝗯𝗼𝗲𝘁𝗵𝗶𝗮 ━ kageyamabowlWhere stories live. Discover now