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• Jungwon (정원)
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Indicios de primavera, las pequeñas flores sin desarrollarse del todo bailaban al compás del viento.
La cabeza de Eren recostada levemente sobre el hombro de su amado, su mente sumida en aquellos viejos momentos con Jungwon semejantes a estos.
Eren movía su nariz evitando que el molesto estornudo saliera de sus fosas nasales, cosa que fue un fracaso, ya que acto seguido se escuchó el "achuu" de su parte.
Amaba esas épocas, de hecho la primavera era considera como la estación favorita de Eren, días levemente soleados, las flores dejándose ver de poco en poco, un par de abejas espantando a las personas, solo que el pequeño detalle de su alergia le amargaba un poco la felicidad.
— Salud, cariño.— exclamó Jungwon mostrando aquellos lindos hoyuelos hacia Eren.— ¿Necesitas un pañuelo?
— No es necesario.— sus palabras fueron interrumpidas por otro estornudo, la mirada burlona de Jungwon enfocó brevemente sus ojos.— Te lo juro que no es necesario.
Un bufido cansado saldría del interior del castaño.— Además, sabes que me gusta esta época, no tienes de que preocuparte.— se defendería hacia si Eren.
— ¿Sabes que me gusta a mi? — la contraria dudaría un poco su respuesta negando al último.— Tú.
Aquel rojo carmesí apareció en las mejillas de Eren.— Basta Jungwon.— exclamaría dejando un leve golpe en el brazo de novio.
Cualquier persona que pasara por ahí podría sentir aquel ambiente de enamoramiento, con una simple mirada ambos se trasmitía ese sentimiento de amor que sentían el uno por el otro.
— ¿Eren? — la chica sonrió hacia su novio en forma de respuesta. — ¿Estaremos siempre juntos? — cuestionó Jungwon.
— ¿Qué tipo de pregunta es esa Jungwon? — dijo Eren mirándole directamente a los ojos.—Claro que sí! —.
Una sonrisa sincera se formó en los labios del chico.— ¿Lo juras? —.
La voz de una chica pelinegra sacó al joven del pequeño trance.— Jungwon, ¡cariño! — la voz de esta se escuchaba un poco cansada, había estado corriendo un par de calles para llegar a tiempo.— No es muy tarde, ¿Verdad? — Sacudiendo un poco la cabeza y alejando la vista de aquella persona a la que juro amor eterno, Jungwon volteo a ver a su novia y nego de forma tranquila.— Disculpa la demora, ya sabes, primavera, alergias. Es muy nefasto, ¿No crees? — dijo la chica alardeando.
— Sí, la primavera es muy nefasta. — Eren y Jungwon amaban la primavera, pero ella no era Eren y Jungwon ya no le gustaba la primavera.— ¿Nos vamos? —.
"Te lo prometo; juntos para siempre Jungwon"
Aquella promesa quedo como simple palabras dichas al viento, bien dicen que las almas gemelas nunca tienen un final feliz.
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• Me acorde de "la maldita primavera" de Yuri, equisde.
• Espero y les haya gustado, esto de escribir mucho no es lo mío, hasta la próximaaaaaa.
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