Capítulo 12: Cumpleaños y peleas

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El día D era un sábado. Maka no había fluctuado emocionalmente después que Tsubaki le explicó sus posibles futuros si se iba con su familia, Soul tampoco les informó que hubiera tenido pesadillas o mas sueños de lo normal. Lo cierto es que en su estancia en futones le había sorprendido la habilidad de Soul para despertar apenas Maka empezaba a soñar, le tomaba la mano, ella se calmaba y devuelta a roncar. La rubia había seguido con sus rutinas de lectura, estudio, dormirse temprano, entrenar, como si nada hubiera cambiado. Le preguntaron cuales eran los planes para su cumpleaños el día miércoles.

-Pensaba que Soul podía hacer hamburguesas en la terraza, una torta de chocolate frutilla y esta vez beberé cerveza.

-Maka -Blackstar puso un cara seria -Es probable que tu mamá o tu clan venga ese día.

-Con mayor razón necesitaremos a todo spartoi, Blackstar. -La rubia tomó un sorbo de té, dejó la taza con un suave clank, sabiendo que tres pares de ojos la miraban. -Y con mayor razón debemos actuar con tranquilidad, mostrándoles que hagan lo que hagan ya no nos afecta. Es una declaración que no tiene cabida en este mundo de Shinigami, ni el de la mafia.

-Tienes razón, pero...

-Ellos no pueden llevarme, tampoco matarme. La única cosa que pueden hacer es esperar a ver si cometemos un error. Y nosotros estamos acostumbrados a sobrevivir a nuestra propia estupidez.

Meses después, Blackstar y Soul recordarían con amargura estas palabras predictoras. Pero en ese momento, les dio seguridad sobre su proceder, y finalmente tampoco podían pensar o hacer otra cosa. Desprovistos de experiencia, de historias con las cuales seres como Tsubaki, o Soul eran criados, los dos meister sólo daban lo mejor de sí mismos bajo las circunstancias que se encontraban.

Así que el día anterior al cumpleaños de Maka, faltaron a la escuela para comprar con calma las cosas. Luego, a mediodía estaban en la oficina del juez, el mismo del contrato anterior, para complementarlo. Según la ley, pasado el mediodía ya se contemplaba como mayor de edad, así que cuando estuvo todo el ceremonial listo, se cambió de vestido, dejó que Liz y Tsubaki la peinaran y maquillaran para finalmente firmar un contrato de matrimonio con Soul.

Entre bromas, tomaron algunas fotos y comieron algo rico, riéndose de que Maka se mareó con un poco de champagne. Ella dormía cuando llegaron a casa esa noche, y Soul en realidad estaba agotado esa noche para tocar guitarra o piano, como esperaba. A mitad de la noche se despertó con su abrazo, sus piernas desnudas rozando las suyas, para luego sentir su boca mordisqueando el lóbulo de su oreja. Él ronroneó bajo la caricia, acariciando las nalgas y acomodandola suavemente para sentirla mejor en todo su cuerpo. Cuando lo liberó, besó desde el hombro de la rubia hacia su cuello, tocando, refregando sus manos en sus pechos, su espalda, conforme los besos avanzaban a todas partes, haciendose chupetones y mascadas, ella correspondiendo y moviéndose hacia él.

La mañana los atrapó tarde. Cuando el sol estaba bien risueño ya. Normalmente, el retorno de Blackstar y Tsubaki de su entrenamiento matutino sacaba a ambos de su abrazo nocturno, pero esta vez no había funcionado. Desayunaron tarde, los ninjas cada uno en su cuarto, aunque la presencia del alma de Kilik en el cuarto de Blackstar le dio una pista a ambos sobre el motivo de la falta de ruido. Se aprovecharon de hacer tocino con café, comida que ambos extrañaban desde que Tsubaki asumió el cuidado de ambos.

-Debería haberlo hecho yo y llevarlo a la cama -le mordió suavemente el pelo. -Después de todo, estás de cumpleaños.

-Me conformo con que hagas las hamburguesas. -se rió ella, con esa risita suya.

-Pero cara mia, sabes que me encanta hacer hamburguesas. Ese no es regalo... mhhh gracias. TO-CI-NO -dijo mientras metía los trozos de carne en su boca.

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