"Hey, Kade". Lauren no pudo evitar mirar mientras Kade entraba en la sala de estar. Podía contar el número de veces que había visto a Kade en cualquier cosa que no fueran trajes de protección hechos a medida en una mano. Kade Matheson en jeans, una vieja camiseta -camisa, y con su cabello recogido en una cola de caballo era un placer raro.
Su relación de trabajo se había convertido lentamente en una tímida amistad en los últimos meses, por lo que Lauren dio un paso adelante y abrazó a Kade por un momento.
Ella se asombró al darse cuenta repentinamente. Esto se siente tan... mal. Bueno, no, no realmente mal, pero... No era que se sintiera culpable por abrazar a Kade. Camila siempre la había animado a entablar una amistad con Kade, y Lauren sabía que ella estaría bien si abrazaba a Kade. Lauren abrazó a Kade durante unos segundos más mientras ella trataba de averiguarlo.
Mirando su cabello, notó que Kade era unos centímetros más alta que Camila. Sus curvas menos obvias se encontraron con el cuerpo de Lauren en todos los lugares equivocados. Lauren de repente se dio cuenta de que había estado comparando todo en su vida, cada mujer que conocía, con Camila en un nivel inconsciente durante algún tiempo. La cocina de la esposa de Ray no era tan buena como la de Camila, los ojos del nuevo detective de SAD no eran tan expresivos como marrones de Camila, y la elegancia confiada de Kade ya no era más atractiva que la gentil calidez de Camila.
Con una carcajada, soltó a Kade. Solo entonces se dio cuenta de que no estaban solas en la sala de estar.
* * *
Sophie se detuvo en la puerta y vio como la extraña saludaba a Kadence. El cálido abrazo la sorprendió. Nunca había visto a nadie saludar a Kadence de esa manera. ¿Son ellas...? ¿Es ella...? Dejó que su mirada analítica se deslizara sobre la mujer alta y de pelo negro. ¿No es ella una de los oficiales que trabaja con Kadence? Solo había conocido a los colegas de Kadence una vez, así que no estaba segura.
Finalmente, Kadence y la extraña se separaron y se volvieron hacia ella, pero en el mismo momento sonó el timbre de la puerta y llegaron media docena de ayudantes en movimiento mientras otros entraban desde el dormitorio. De repente, el nivel de ruido subió a medida que se intercambiaban abrazos alrededor de Sophie, se lanzaban bromas de un lado a otro y los niños charlaban entusiasmados. Sophie reprimió el impulso de taparse los oídos. ¿Qué es esto, un día de mudanza o una fiesta salvaje?
"Hola, abuela Sophie", dijo una voz joven detrás de ella.
Sophie se dio la vuelta y se encontró cara a cara con su nieta. "¿Amelia? ¿Qué estás haciendo aquí?"
"Las estoy ayudando a mudarse. Lauren es la hermana de Evan", explicó Amelia, señalando a alguien entre la multitud de personas que se ríen y abrazan.
"¿Lauren? ¿Evan?" Sophie todavía no entendía qué tenía que ver Amelia con este grupo de adultos.
Amelia asintió y tiró de la manga de alguien que estaba junto a ellas. "Abuela, esta es Evan, mi novia".
Sophie miró fijamente el rostro de su nieta, notando el orgullo y el nerviosismo en la expresión de Amelia. Luego, su mirada se desvió hacia la adolescente que estaba a su lado. Sintió que sus cejas se elevaban más y más mientras miraba la gastada chaqueta de cuero, el tatuaje asomando por el cuello de una camiseta negra y el corte de cabello de la chica de aspecto duro. ¡Dios mío! No es de extrañar que Amelia se rompiera el brazo cuando estaba con esta... esta... Ella negó con la cabeza. ¿Cómo pudieron sus padres permitir esto? ¡Necesito tener una conversación seria con Douglas!
La adolescente se secó la mano en los jeans y se la ofreció a Sophie. "Hola", dijo.
"Hola", murmuró Sophie, y solo sus buenos modales la hicieron estrechar la mano de la chica.
