Malik (2).

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Estaba cansado de esperar.

Fatigado de que palabras banales se colaran en sus oídos resopló observando a su alrededor, mientras se encogía de hombros ligeramente y un dejo de emoción recorría su piel al saber que la vería, no quería ponerle nombre a lo que sentía, pero era placentero, casi tanto, como el sabor del primer cigarro de la mañana, justo el que correspondía luego del baño.

Un arco de elegante montura color dorado adornaba la entrada de la casa de estudio, mientras una letra cursiva y hermosa se posaba sobre este, anunciando al visitante donde se hallaba, en el “J.K Lincoln Institute” nada podía ser dócil, todo era imperioso, intimidante y distinguido.

Tomó entre sus dedos uno de los folletos que decoraba el elegante piso de la entrada y releyó una y otra vez las ventajas de estudiar en un instituto de la altura de donde se encontraba; una zona donde la casa más pequeña y humilde tenia parquet en su piso y unos ventanales con vista a hermosos amaneceres, sin balas, sin prostitutas, sin niños hambrientos tocando su puerta de forma débil, ni policías irrumpiendo el sueño para cuestionarte acerca del paradero de algún mafioso, nada de eso; devolvió el folleto al suelo, donde por fortuna, se biodegradaría y serviría para abono.

Pura mierda de biólogos y hippies.

Miró su reloj una vez más dándose cuenta de que solo faltaban dos minutos, había algo que caracterizaba a los ingleses, y era su profunda y casi envidiable puntualidad; levantó la mirada y como si de un reflejo se trataba llevó su mano izquierda a su pantalón, mas directamente al bolsillo derecho, donde sacó la arrugada nota que horas antes Logan le había arrojado en el salón de clases.

“Hoy tu chica sale más temprano de clases, bro.

He conseguido una manera de distraer a todos, queda de tu parte salir.

¡Llévala a la fiesta!”

Sabia de sobra que hacer, quemar el auto de la profesora de español no fue la mejor ayuda que le pudo haber hecho Logan, pero al menos le permitió tener unas horas para resolver algunos asuntos.

Como si de un hechizo se tratara un par de sonrientes y chillonas chicas le dieron la señal que esperaba, suspiró en busca de calma, pero no sirvió de nada, consiguió ponerse más nervioso aún si se podía; opto por la mejor salida, recargarse del auto que hoy poseía y cruzar los brazos sobre su pecho, sabia que era una actitud patética de chico malo, pero, hoy estaba casi seguro de que para algo serviría, al menos para alejar a varios choferes de las malcriadas que por su lado ahora pasaban regalándole miradas intrigantes y casi interesadas, tontas con problemas.

Hasta que pasó.

Su cabello ondulado fue el detonante; sin poder controlarse Zayn se permitió recorrerla de arriba abajo con cautela, sintiéndose por solo un segundo un acosador enfermizo, pero aun así no pudo evitarlo; estaba tan hermosa como siempre.

Una sonrisa suave adornaba su hermoso y aniñado rostro, con rasgos perfectos y simetrías perfiladas; una respingada nariz y un lunar perdido en su mejilla,  eran el complemento admirable para la perfección de su fisonomía; unos labios tentadores y rellenos le incitaban, lo llamaban, casi podía percibir su sabor desde la distancia; su cuerpo era delicado, tan hermoso, que no parecía humano, tallado por ángeles que decidieron decorarla con suaves y femeninas curvas complemento de unas largas y torneadas piernas que se acentuaban perfectas a la delgada falda color plomo y la camisa manga larga blanca en el que consistía su uniforme, nunca a nadie se le había visto tan bien aquél trapo escolar.

Sus ojos color azul cándido chocaron contra los suyos mientras una sonrisa dulce recorría sus labios, y allí se le cortó la respiración al muchacho; nunca esto había pasado, no sabia con precisión que demonios hacer, estaba bloqueado, quizás si reía de forma frenética la asustaría, más, era lo que en aquel momento deseaba hacer, nunca ella había reaccionado de aquella forma, cada tarde que iba a verla lo ignoraba, o cuando más, le regalaba una mirada rápida y fugaz, como para no perder la confianza.

Pero como nada es para siempre, el contacto se rompió, justo en el momento en que una regordeta muchacha de mediana estatura y extravagante vestuario la arrastró de forma violenta al auto negro que a dos metros se encontraba. Zayn sintió de forma violenta ganas de acercarse a aquélla ridícula mujer y apartarla de su ángel, luego de gritarle al menos diez veces que no la tocara de aquella forma, podía dañarla.

Suspiró mientras veía el auto partir a una velocidad algo elevada a lo normal, sabría solo Dios a donde la llevaban con aquella prisa, pero al menos un dejo de alegría cruzaba su semblante. Estaba seguro y había cambiado, solo un minuto de haberla visto y ya todo su día comenzaba a cobrar sentido.

- ¿Te has quedado viéndola de nuevo, cierto? Has olvidado respirar, estás azul –una voz delicada se escuchó detrás de él y sonrió sin poder evitarlo, giró sobre sus talones y su vista chocó contra la de una castaña de corta estatura y con una edad cercana a los ocho años; negó lentamente y abrió la puerta del auto para ella, su hermana Safaa.

La única excusa para verla día a día sin tener que ocultarse.

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⏰ Last updated: Jan 06, 2013 ⏰

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Malik.Where stories live. Discover now