Strangers- Capítulo III

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Lauren's POV

A veces me sorprendía demasiado todas las vueltas que la vida puede dar para ponernos en situaciones que probablemente nunca imaginamos vivir.

Por ejemplo, yo, Lauren Jauregui, nunca pensé que estaría casada con una mujer a la que no amo en lo absoluto. Pero tampoco imaginé, que en el algún momento yo tendría una amante.

La infidelidad es algo que yo siempre criticaba, y fue la razón por la que por mucho tiempo dejé de hablar con mi padre, al enterarme que engañaba a mi mamá.

Pero sí, tengo una amante.

Una amante de la que estoy irremisiblemente enamorada, a pesar de todos los esfuerzos que hice para no involucrarme de manera sentimental en esa relación.

Sabía que si eso pasaba ambas terminaríamos lastimadas, ya que yo no me divorciaría. Al menos, no lo haría hasta después de los próximos cuatro años. Mientras mi vida le pertenecía a Melanie, mi esposa, por más que odiara ese hecho, ella tenía el control sobre mí.

Unos golpes en la puerta anunciaban la llegada de alguien a mi oficina, provocando que saliera del análisis que le estaba haciendo a mi vida. Di permiso a la persona de entrar, y al levantar la vista vi como David Calle, mi amigo y socio, hacía su entrada.

-Buenos días, Lauren.- me saludó de manera cortés y yo le devolví el gesto con una sonrisa.

-¿A qué se debe tu visita, David? ¿Todo bien con los documentos que te mandé?- pregunté, y señalé la botella de whisky que tenía allí para brindarle un poco, pero se negó.

-En realidad, no se trata de trabajo lo que vengo hablar contigo.- fruncí el ceño con extrañeza, y me acomodé en mi asiento pegando mi espalda al espaldar de la cómoda silla.

-Te escucho.

-Creo que sabes muy bien que Camila es como una hija para mi esposo y para mí.- entendí inmediatamente hacia donde se dirigía esa conversación- Por tanto es mi deber protegerla como tal.

-¿A dónde quieres llegar al decirme esto?- le dije, y me serví un trago, me sentía estúpidamente nerviosa.

-Se perfectamente que ustedes tienen una relación desde hace años, también se que ella es mayor de edad y es su responsabilidad lo que haga con su vida. Pero tu eres una mujer casada, y Camila está sufriendo con todo esto.

-A mí también me duele esta situación, David. Te lo juro.

-Y te creo, y es justo por eso que te pido que en el momento que su relación se vuelva solo eso, sufrimiento, lo dejen de lado.- suspiré pensando en que mi relación con la morena ya era así- Puedo intuir que se aman, pero sería peor que terminasen aún más lastimadas. Piénsalo.

-Lo haré. Te agradezco muchísimo tus consejos.

-No hay de que. En realidad, quise decírtelo yo, para evitar que fuera Adrián quien viniera hablar contigo.- tragué en seco ante la mención de su esposo y el rió- Hasta luego, Lauren.

Cuando David se retiró de la oficina, no pude evitar pensar en Camila.

La amaba muchísimo, y tal vez por esa razón sería lo más sano terminar lo nuestro. Aunque me duela en el alma.

Y con esos pensamientos torturando mi mente estuve por un para de horas más. Hasta que llegué a mi... Bueno, a la casa donde vivía con la mujer con la que estaba casada.

Fui hasta el despacho de la casa y dejé ahí mi maletín y el resto de cosas del trabajo. Para después dirigirme a la cocina para prepararme un aperitivo ligero, y poder esperar a la hora del almuerzo.

StrangersWhere stories live. Discover now