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POV Bakugou Katsuki

¿Culpa?, pues sí, siento demasiada culpa en mi. Por ello necesito entrenar con más fuerzas con la chica Aizawa, porque sé que puedo avanzar en mí entrenamiento con ella porque es fuerte.

– Estas mal duende, yo no siento culpa de nada.

Ella negó con la cabeza antes de desactivar su don. No se porque pero, sentí como si hubiera buscado entre mí mente para encontrar tal cosa de la culpa.

– Piensa bien lo que te dije. - se puso de pie – Saldré un rato, puedes quedarte aquí el tiempo que quieras.

Me dedico una pequeña sonrisa antes de salir de su propio cuarto, así que me volví a acostar en su cama para analizar mi situación un poco.
Estuve ahí como una hora, el lado de las chicas era más tranquilo el ambiente para pensar.
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Pase más de una hora ahí, analizando lo que me había dicho, pero simplemente no me fue posible encontrar una manera de interpretar lo dicho.

Mire a mi alrededor, prestando un poco más de atención a la decoración del dormitorio de la extra. Claramente es una de esas que le gustan ver animes y leer, sus póster, libros y algunos mangas me lo decían a gritos. Lo curioso es que reconocía ciertos animes, todos eran de acción, no veía ninguno de esos románticos que les gusta a las chicas.
En definitiva ella es más rara de lo que pensé para los estereotipos femeninos que he visto, incluso creo que sus gustos son ligeramente parecidos a los mios.

Luego de otro rato, me puse de pie para irme directo a mi dormitorio, ya había estado de chismoso un rato leyendo sus mangas que hasta incluso, mantiene en su empaque.

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Tan sólo ingrese a mi cuarto, me di cuenta de que la niña esa estaba dormida en mi cama. Me contuve, no le grite ni tampoco hice por despertarla, mejor la deje hasta que ella misma tuviera la dignidad de levantarse de mí cama. Pero tardaba mucho, así que le di un par de golpes con la almohada.

– ¿En dónde crees que estás, pedazo de porquería?

– En tú cama.

– ¡Entonces qué esperas para levantarte!

Un Almohadazo fue la respuesta a mí grito hacia ella.

– ¡Callate!, sigo teniendo sueño.

– ¡Y eso a mi qué!, ¡sólo vete!

– Callate, yo no te saque de mí dormitorio.

Se giro hacia el lado de la pared, dándome la espalda e ignorando me por completo. Ya no le alegue nada, de cierto modo tenía razón en ello.

Me senté un rato en la silla de mi escritorio, pero me empezó a doler el trasero de estar ahí. Así que me vi en la obligación de acostarme en el pedazo de cama que dejó, quedando espalda con espalda. Total, es mí cama y me puedo acostar, ella es la intrusa aquí.

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Despertó media hora después, pero no se movió de su lugar más que para pedirme que le diera su celular que estaba cargando con mí cargador. Ella se quedo en mi dormitorio un rato más, a pesar de haberle dicho que se largara.
No hacíamos o hablábamos de algo en específico, simplemente veíamos el celular y en ratos hablábamos de temas que no tenían mucha lógica en realidad.

– Endeavor está peleando con un Nomu. - hablo de repente.

– ¿Qué?

Ella me dejó ver la pantalla de su celular que estaba viendo en directo. Inmediatamente deje de darle la espalda para ahora estar ambos boca arriba en la cama para ver aquella pelea que se estaba poniendo cada vez más intensa y preocupante para la tonta a mi lado.

Había mucha tensión en aquella pelea, por un momento pensé que Endeavor perdería por la pinta en que se veía, pero no, gano, el actual héroe número uno había vencido al ser mutado.

– Soy yo, o está cosa está en otro nivel en comparación al que venció All Might.

– Creo que está a otro nivel.

Ambos nos quedamos en silencio por un par de segundos, hasta que la enana está pego tremendo brinco en el que hasta salto encima mio para ponerse sus chanclas.

– Por lo menos avisa, tonta.

– Lo siento, tengo que ir a ver a Todoroki.

Ni tiempo me dio para poder replicar, ella salió corriendo de mi cuarto tan sólo me dijo eso.

Me acomode mejor en la cama, ahora ya la tenía sólo para mí; aunque, ahora olía distinto, claramente apestaba a ella aquel lado en que había estado.

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Más tarde baje por algo de comer, me senté junto a Kirishima y Kaminari, quienes estaban justo detrás del duende de Aizawa, Todoroki, Deku y Tokoyami.

– Gracias, ya estoy bien Aizawa.

– De verdad, llamen por mí nombre.

Ella negaba con nerviosismo, parecía incomodarla que la llamaran por su apellido.

– Si te llamo sólo por tú nombre, sería muy grosero de mi parte.

– No, para nada. Mis padres no me acostumbraron a este tipo de formalidades, así que hasta siento raro llamarlos a todos por su apellido.

– ¿Qué clase de padres son los tuyos entonces?

– Unos con cultura distinta.

– No entiendo.

– Pues, viví desde los cinco años en México, así que estoy acostumbrada a su forma de hablar.

– ¿¡En México!?

Aquellos a quienes les fue audible lo dicho por ella se sorprendieron, incluso los dos idiotas con los que estaba.

– Ahora entiendo porque eres tan altanera.

Hable claro y fuerte para que ella se girará a verme.

– Lo sé, creo que por eso nos llevamos de maravilla.

Su sonrisa burlona y la mía congeniaban muy bien. Parecía ya estar agarrando mi modo.

Kaminari le cuestionó algo que no entendí muy bien, pero esto rompió nuestro duelo de sonrisas burlonas al provocar una ligera carcajada por parte de ella.

– Pues sí, pero no se lo decimos a todos.

El tema ese comenzó a surgir con más y más preguntas por parte de los chicos, y yo, sólo me límite en escuchar las preguntas de ellos y las respuestas de ella.

Me sorprendió saber tal información suya, al igual que me sorprendió saber que la cara de idiota que tiene sólo es para engañar, ya que de idiota no tiene nada.

JANO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora