«única parte»

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Tener un amor no correspondido es algo difícil de aceptar.
Más para ella, quién había intentado todo lo posible para lograr enamorarlo; fracasando en cada intento.
No se rindió, en ningún se le cruzo por la mente hacerlo. No lo hizo hasta aquella noche.”

«♥»

Ginny daba pasos largos para llegar cuanto más antes al Gran Comedor, donde estaba él.

Respiraba agitadamente, su corazón latía al mismo ritmo del diluvio que caí afuera. Podía sentir pequeñas gotas rozar su mano, el calor se intensifica cada vez más.

Paro en seco cuando estaba a un paso de la entrada al lugar, se obligó a calmarse. Tomando una bocada de aire, secando el sudor que habían producido sus delicadas manos, soltando el aire acumulado, abrió la gran puerta. El ruido de los estudiantes hablando, metal rozando con otros metales, risas, se intensificó a penas entro.

Con una mirada rápida a la mesa que compartían debido a que pertenecían a la misma casa, lo encontró. El aire se atoró en su garganta cuando vio a aquél pelinegro despeinado, el responsable de sus suspiros con una sonrisa en su rostro, hablando animadamente con sus amigos. Se acercó a paso lento hacia donde estaban. Respira, respira, se repetía una y otra vez, pero podía jurar que le faltaba el aire mientras estaba cada vez más cerca.

Rápidamente dio una mirada hacia la mesa Ravenclaw, encontrándose con la mirada de de la rubia. Luna, quién la había ayudado en todo lo que estaba pasando, quién se había convertido en su mejor amiga y en su guía para enamorar a su chico. Ella, dandonse cuenta de el nerviosismo de la pelirroja, le dio un asentimiento dándole a entender que todo estaba bien. Todo estaba bien, se repitió.

—Buenos días —fue lo que dijo, con una sonrisa en el rostro, una vez llegó a la mesa. Captando la atención del pequeño grupo.

—Buenos días —le respondieron casi al suniso los tres.

La pelirroja miro donde se podía sentar, lo más cerca de él posible obviamente. Tuvo suerte al ver que el único lugar desocupado era junto a Harry.

Si dudarlo ni un solo segundo se sentó a su lado. El pelinegro la miró y sonrió. Ginny, quién estaba teniendo un colapso interno, le devolvió la sonrisa.

—¿Cómo estás, Harry? —le preguntó recuperando la atención del chico que había perdido por un segundo.

—Muy bien. ¿Y tú, Ginny? —ella sonrió ante la respuesta del chico. Asintio en señal de respuesta cosa que el chico tomó como un "estoy bien" , lo cuál era lo que esperaba y no lo tomará como un "estoy por tener un colapso emocional interior por tu sonrisa tan perfecta, por favor no me mires."

Si, era mejor que eso.

La pelirroja desayuno por unos momentos en silencio, mientras escuchaba la melódica voz de el chico que tanto amaba. Pudo captar el momento en el que se calló, mientras que sus amigos siguieron hablando entre ellos, y miro hacia la puerta. Lo imitó, para encontrarse con dos personas entrando por la entrada. Draco Malfoy y Pansy Parkinson.

Por curiosidad volvió su mirada hacia Harry, quién miraba a aquellos dos -o tal vez a uno- de una forma un tanto peculiar. Pudo ver el brillo y las pupilas dilatarse en aquellos ojos verdes, Ginny lo entendió. Sabía el porqué de aquel brillo. No podía ser nada más, ni nada menos que aquella persona.

Amor no correspondidoWhere stories live. Discover now