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POV'S AYLA

-¡No sirves para nada!-otro golpe, este va directo a mis costillas, creo que me ha partido como mínimo dos huesos.
-¡Eres una estúpida niñata que no merece vivir!- otro golpe más, dado por el otro guardia, este va para mi cabeza y me deja un poco desorientada.

He perdido la cuenta de los golpes, la perdí en el 46, y sí, siempre que me golpean cuento los golpes, es una mala costumbre que tengo pero suelo hacerlo para distraerme mientras recibo las palizas. Pero tampoco es que me sirvan de tanto, me duelen los golpes, pero ya no tanto como antes, supongo que con el tiempo me he ido acostumbrando, recibo golpes diariamente pero los golpes que estoy recibiendo hoy son mucho más agresivos.

Los malditos imbéciles mandados por mis tíos se van, dejándome con una sensación de mareo horrible y con la sangre cayendo de mi cuerpo, ni si quiera me atrevo a mirar las heridas que me han dejado.

las heridas no me sanan rápido como la de los hombres lobos, se suponía que yo era una, pero el día de mi transformación nunca me transformé.

Recuerdo que yo estaba super emocionada por conocer a mi loba y tener alguien en quien confiar aparte de Uriel, mi mejor amigo.
Todavía me acuerdo de cuando todos se empezaron a reír de mi por no ser capaz de transformarme. A mis tíos les pareció muy raro ya que mis padres eran hombres lobos, pero después me tomaron como una simple humana que solo servía para servir a sus superiores.

Todo esto pasó hace dos años, ahí comenzó la verdadera tortura, las humillaciones, los golpes sin razón, el abuso...

La única persona que estuvo para mí en esos momentos fue Uriel; lo conozco desde los 12, pero nos hicimos muy unidos hace dos años.

El fue el único que bajó a la sucia mazmorra a consolarme, fue la única persona con la que me pude desahogar llorando. Esa fue la última vez que lloré, digamos que por culpa de todo eso ahora doy una persona muy callada pero a la vez con actitud, ya no siento nada, ni los golpes me hacen sentir el dolor que sentí cuando vi en primera persona a mis padres y hermano morir. Ese fue sin duda el peor día de mi vida.

Aún recuerdo como mi hermano intentaba protegerme de aquellas personas armadas que intentaban atacarme.
Tenía solo 11 años cuando pasó todo esto.

Sigo sin saber porqué nos atacaron así de la nada, nadie me dio explicaciones. Pero a pesar de eso  me siento demasiado culpable, mis padres estaban haciendo todo lo posible para no dejar que ninguna de esas personas se nos acercara, eran demasiadas contra solo tres personas y media, yo contaba como media ya que aun no sabía defenderme mucho ni tenía las habilidades que un hombre lobo podía tener. Nunca llegaron los guardias a protegernos, estábamos solos.

En esos momentos mi hermano tenía 15 años, recuerdo que mientras mis padres peleaban con esas personas mi hermano me llevó a una zona de la casa que muy pocos conocían. Después de eso se fue y unos minutos después cuando no se oía nada decidí ir a ver que estaba pasando, pero lo que vi fue lo que hizo que el mundo se me cayera encima.

Habían varios cuerpos muertos sobre el suelo y entre ellos pude divisar el de mis padres y mi hermano.

En esos momentos supe que me había quedado sola y que nunca me perdonaría el hecho de no haber intentado ayudarlos cuando estaban peleando.

Sí, fui una cobarde; el miedo de no saber defenderme me había impedido poder ayudar a mi familia.

A partir de ese día mis tíos se hicieron cargo de la manada y decidieron que el puesto como futuro encargado de la manada sería Aaron, mi estupidiota primo.

No me importa quién se quede el puesto, simplemente se que el la va a cagar como Alpha, es muy egoísta y maleducado, como mi tío y alpha de la manada Andrés, y su novia y luna Lisa.

Fin de la TorturaWhere stories live. Discover now