A sus 19 años, Sunoo debería estar apoyando a su banda favorita, yendo a centros comerciales a mirar ropa de temporada que ha llegado, o estár juntando dinero para su graduación de preparatoria. Pero no, a sus cortos (o largos) 19 inviernos, Kim Sun...
Advertencia: Un poco de contenido sexual (no es para nada explito)
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Después del beso, Niki no dijo mucho, nada en realidad. Sólo había sonreído a medias para Sunoo, le tomó la mano y lo encaminó a su casa. Para el castaño estuvo bien, ese era un pequeño gran avance, sabe que tampoco Niki va a estar besándolo a cada rato. El Alfa necesitaba acostumbrarse a la idea de que eran Alfa–Omega.
Para el miércoles, Niki estaba más pegajoso que nunca. En el receso se pasaba con la cabeza enterrada en su cuello, olfateando. Gruñía cada vez que alguien le hablaba al más bajo, no importaba si era Beta o un Omega como él. Sunoo no se quejaba, por él estaba perfecto así.
Ahora están sentados en las mesas de la cafetería, Jake también está, porque dijo ahora eran sus nuevos amigos. Niki no lo soportaba, él era el que más le hablaba a Sunoo y lo estaba provocando.
—Ehh, Niki—Sunoo acaricia la mejilla del Alfa, llamando su atención, también hace que el pelinegro ronronee—, ¿puedes ir a comprarme una malteada?
—Que vaya Jake—aspira fuerte.
—Pero no creo que quieras que otro Alfa me compre cosas...
—Está bien—molesto de tener que dejar el calor del Omega, se levanta, yendo a la caja.
Sunoo voltea hacia Heeseung, alzando su ceja.
—Es su celo—dice obvio—. Se está acercando y necesita olerte para que a la hora de, bueno ya sabes, hacerlo, su Alfa te reconozca y no te haga daño.
—Oh—asiente en compresión—. ¿Crees que Niki lo quiera pasar conmigo?, ¿o llamará a alguien?
—Pienso que primero te dirá que no porque tendrá miedo de lastimarte. Pero si tú quieres pasarlo con él y lo convences de que no te hará nada... tal vez lo logres.
—Y si no pasa, ¿llamará a alguien?
Heeseung niega.
—No lo creo—come un chocolate, de esos que Niki le regaló a Sunoo y el castaño le da un manotazo—. Su Alfa se volvería loco de oler a otro Omega que no seas tú. Así que, si no eres tú, no es nadie.
Heeseung termina de comer el chocolate y a Sunoo ya no le importa. Muerde sus uñas, pensando. Que Niki no llame a nadie más le calmaba un poco, pero sabiendo el dolor que iba a sufrir, lo alteraba de nuevo. Tenía que convencerlo.
—Toma—el Alfa pelinegro asienta la malteada de vainilla en la mesa, sentándose a su lado y poniendo su cabeza sobre su hombro.
—Gracias, Niki. ¿Cómo sabías que ésta era mi favorita?
El pelinegro gruñe.
—Era la única que había.
Sunoo ríe por lo bajo, sabía que era muy bueno para ser verdad.
