Capítulo 4: Sabito y Makomo

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La linterna de papel iluminaba con la luz de la vela el pequeño escritorio de madera, donde yacía un muchacho de cicatriz sobre su frente, su amable sonrisa se regía ante el movimiento de su muñeca que guiaba su mano a escribir la última oración sobre el papel. Él suspiró de alivio cuando acabo con su cometido. Dejó el pincel a un lado, secando los residuos de tinta para esperar unos segundos y revisar por última vez su escrito, sonrió suavemente y cerró aquella libreta.

La portada de tapa verde contaba con unas escrituras en el blanco del centro: "Diario", tenía en letras grandes, mientras que en unas más pequeñas se visualizaba "Tanjiro y Nezuko".

El joven Kamado sopló el interior de la linterna y abandonó la pequeña habitación, cerró la puerta con una expresión desolada y se fue de forma silenciosa, dejando en el interior a un muchacho de cabellera negra y puntas teñidas de un rosa pálido, quien dormía solemne con una dulce expresión.

· · ·

La puerta corrediza de madera se deslizó, ambos niños miraron en su interior, delineando con ojos tristes el pálido rostro del durmiente demonio, sostuvieron el suspiro desgastado y le desearon buena salud.

- Vámonos -escuchan tras ellos, asintieron en conjunto y pidieron la protección de su querido hermano, corriendo el fusuma.

· · ·

El Cuerpo de Cazadores de Demonios está conformado por cientos y es una organización totalmente ignorada por el gobierno, pero desde tiempos inmemoriales han existido para exterminar demonios. Sin embargo, la identidad del Cuerpo de Cazadores de Demonios continúa siendo un misterio. Los demonios se alimentan de humanos, los cazan y los devoran, aún no se sabe cuándo aparecieron por primera vez, tienen una fuerza física sobrenatural, sus heridas sanan instantáneamente, su carne se regenera por completo y llegan incluso a desarrollar nuevas extremidades. Algunos cambian de forma y tienen poderes jamás vistos, solo pueden ser destruidos por la luz solar o al ser decapitados por una espada especial. Los cazadores de demonios se enfrentan a ellos solo con su cuerpo moral, las heridas de los humanos tardan en sanar y los miembros perdidos no se pueden recuperar. Sin embargo, enfrentan a los demonios para proteger a la humanidad.

- Yo soy un instructor, mi trabajo es capacitar nuevos cazadores, existen muchos otros instructores, cada uno es diferente, y entrenan a sus discípulos usando sus propios métodos. Para completar tu entrenamiento y unirte al cuerpo de Cazadores de Demonios, debes sobrevivir al último proceso de selección en el monte Fujukasane. Y solo yo decidiré si entraras al reto o no.

A partir de ese día, Tanjiro y Nezuko acordaron iniciar un diario para su hermano mayor.

Esa noche descendían la montaña en diferentes puntos de la misma, estaban entrenando arduamente para ser capaces de sobrevivir a la Selección Final.

Tanjiro corría, utilizando su buen olfato para intentar preveer las trampas, sus reflejos habían mejorado exponencialmente, saltaba y evitaba, su sensibilidad con respecto a los olores se agudizaron y podía reconocer sutiles aromas mejor que antes. Nezuko también se había hecho mucho más fuerte, sus habilidades deductivas y pensamientos rápidos coordinaban con su cuerpo para salir ilesa de las trampas de su lado de la montaña, se fijaba en pequeños detalles mientras corría, ideaba estrategias sencillas para no perder el ritmo. Sin embargo... las trampas eran cada vez más peligrosas: cuchillos, espadas enterradas en la tierra, grandes troncos con púas.

Los niños comenzaron a creer que Urokodaki los quería matar.

Un día, Urokodaki repentinamente les ordenó bajar por la montaña con sus katanas, fue mucho más difícil moverse, especialmente para Nezuko, que veía sus opciones obstruidas por el arma; no obstante, para Tanjiro también significo un gran problema, moverse le costaba trabajo y se volvía más torpe. Con la katana se descolocaron completamente y cayeron en casi todas las trampas.

¡Volverás! | Kimetsu no YaibaWhere stories live. Discover now