Prólogo:

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Austin, Texas.

Cinco años antes.

Tengo una amiga.

Después de dieciocho años esperando por este momento, finalmente tengo una. Su cabello es largo y negro como el ébano. También tiene un montón de curvas de las cuales saca provecho utilizando la ropa más ajustada y a la moda del mercado. Si mis papás me vieran con ella me echarían de casa de nuevo, pero ya lo hicieron una vez, así que no pueden volver a hacerlo y entre ellos y ella la escogería mil veces a ella. Es una artista. Es lista. Era una de las chicas populares de su escuela. Lo sé sin que tenga que decírmelo porque encaja con ese estereotipo. Me hace sentir como una papa fea y sin forma en comparación, pero eso está bien. Antes era una papa que pasaba desapercibida. Ahora soy una papa que muchos notan ya que mientras caminamos al interior de la fraternidad, a la cual por un momento creí que no nos dejarían pasar, los ojos de todos los depredadores acechando en la oscuridad están puestos en nosotras.

Yo soy una presa.

Ella es una depredadora.

Veo cómo sus ojos se dirigen a la cima de las escaleras. Allí un chico habla con otro que no puedo distinguir bien. Mi cuerpo se tensa cuando el interés brilla en su mirada gris, lo cual identifico con el resplandor de las luces de colores en medio de la oscuridad en la que nos encontramos. Enfocándome para descubrir por qué, lo noto. Su trabajado pecho descubierto. Su cabello negro salvaje. La palidez de su piel. Aunque el intercambio ocurre entre ellos dos, sus ojos se enfocan en mí por un momento y reacciono escondiéndome tras Sav. Me asusta. Él ríe y niega, pero no sé si a causa de lo que le dice su amigo, por Savannah o por mí.

Tras inclinarse sobre mi oído, mi compañera de cuarto señala las escaleras.

─¡Iré un momento al baño! ¡Espera aquí!

¡No!, quiero gritar, pero se da la vuelta antes de ver mi cara de pánico.

Me deja.

Mi amiga me deja atrás.

Quiero llorar.

Se suponía que esta noche sería solo nuestra, pero los chicos siempre aparecen para arruinarlo todo. Tras verla beber el contenido del vaso de alguien y subir las escaleras directamente hacia él para luego perderse en el interior del pasillo en su compañía, me doy la vuelta y me dirijo hacia el jardín. La voz de Adam Levine se filtra en mi cabeza, aumentando mis latidos.

Baby, I'm preying on you tonight

Hunt you down, eat you alive

Just like animals, animals, like animals

Maybe you think that you can hide

I can smell you scent from miles

Just like animals, animals, like animals

Cuando llego al jardín, el único sitio en el que no me siento asustada o intimidada sin Savannah a mi lado, me inclino sobre el arbusto más cercano y vomito los tragos de tequila que bebí con ella antes de venir aquí. Es mi primera vez consumiendo alcohol, pero aún así eso no impide que me sienta como una perdedora mientras me levanto con las rodillas llenas de tierra y el borde de mi vestido hecho un desastre. Mi cabello se siente desordenado. Mis piernas inestables. Me siento en una banca junto a una fuente, queriendo llorar, pero resistiéndome a hacerlo. Se suponía que la universidad sería diferente. Me engañé a mí misma.

Pauline © (Impostores #2)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon