Capítulo 4

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- ¿Bebé? ¿A qué... se refiere con... eso? – preguntó Ron, confundido.

- ¿Qué? ¿No lo sabían? La señorita Granger está esperando un hijo... - al escuchar eso, a Harry le dio un vuelco al corazón, mientras que Ron miraba al médico, con los ojos desorbitados y la boca muy abierta.

- ¿Puedo verla? – musitó Harry.

- Claro, Pero la señorita llamaba a un tal Harry...

- Sí, soy yo... - Harry caminó hasta la puerta, aún aturdido.

Entró al cuarto, y vio a Hermione, recostada en la cama de hospital, mirando hacia el techo, con expresión entre preocupada y levemente alegre.

- Mione... - murmuró el moreno, sentándose en el borde de la cama.

- Uhm... Ah, Harry... ¿el médico se los dijo? – inquirió la chica, con una mueca de angustia.

- Sí... ¿Acaso... tú sabías...?

- No, pero algo suponía... - volvió a mirar al techo.

- ¿Qué vamos a hacer ahora? – preguntó el muchacho, más para sí mismo.

- ¿Cómo que qué vamos a hacer?

- Hermione, ¿te das cuenta en la situación en la que estamos? ¡Somos los dos más buscados por Quién-tú-sabes!... No tenemos un buen lugar para vivir, ni qué comer... No sé si podré con esto – dijo, pasando su mano por el cabello.

- ¿Qué... qué quieres decir con eso? – preguntó la chica, con voz temblorosa y sentándose.

- Yo...

- Mira, sé que no estamos en la mejor situación, y también sé que este niño no estaba en nuestros planes, pero lo que sé es que... yo lo quiero. Quiero tenerlo, quiero que nazca y quiero verlo crecer... y poder abrazarlo, tomar su manita... – dijo Hermione, con lágrimas en los ojos y una leve sonrisa.

- Hermione...

- No te estoy pidiendo que dejes esta... misión que te encargó Dumbledore por esto. Yo puedo hacerme cargo sola...

- ¿Dé qué estás hablando? – soltó bruscamente Harry – Es cierto, no me pasó por la cabeza el tener un hijo a esta edad, ni mucho menos, pero tampoco dije que no lo quisiera.

- ¿Lo dices... enserio?

- Totalmente. Mione... Yo te amo, muchísimo. Y creo que fui realmente un estúpido por no haberme dado cuenta antes, pero esa es la única verdad. – se acercó a la chica, que de nuevo tenía los ojos llenos de lágrimas. Se acercó al chico y lo abrazó. Ambos sabían que nada sería fácil, pero estaban juntos; eso valía por mil en todos los aspectos.

MI VIDA ENTERA - HARMIONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora