~Estelas de impostores.~

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Dr. Stone no me pertenece es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia.

Advertencias: Emparejamiento Senhaku, Ooc (Personajes fuera de carácter), Universo Alterno, intento de Lemmon XD 

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¿Realmente era necesaria toda esa mierda misteriosa del secuestro? —Senku miró con diversión a Xeno, todavía negándose a tomar asiento en cualquiera de los finos sofás predispuestos en la elegante estancia.

Sí, Xeno era un tipo realmente extravagante, por lo que su estilo de vida ostentoso no fue una sorpresa para Senku, de hecho, más bien consideró la pomposidad como algo realmente innecesario e incluso arrogante de su parte. Una manera implícita y descarada de decir "Oye, soy mejor de lo que tú serás alguna vez". 

Una arrogante y misteriosa sonrisa ocupó el semblante del científico Estadounidense antes de hablar:

—Le di órdenes a Charlotte de traerte ante mí, y eso implica cualquier método posible para que esta reunión se lleve a cabo. —El hombre cruzó la pierna izquierda sobre la otra, acomodándose lo mejor posible en su costoso sofá—. ¿Por qué no tomas asiento Ishigami?

—Estoy bien de pie, Xeno —rechazó de nuevo Senku e ignoró el ligero gruñido de descontento de su antiguo mentor—. Lo que sea que tengas que decir hazlo rápido. 

Cuanto antes terminara con esa extraña reunión, más rápido podría regresar a su solitario apartamento para continuar con su investigación. Estaba tan cerca de descifrar el misterio que se escondía en la desgastada bitácora que los compañeros de su padre le entregaron cuando éstos le informaron sobre la desaparición de Byakuya. 

Quizá, pensó Senku, si lograba descifrar las crípticas inscripciones de las amarillentas páginas, tal vez podría encontrar a su padre. A pesar del tiempo, ocho años para ser más precisos, Senku todavía guardaba la esperanza de que el viejo siguiera con vida en algún lugar cercano al sitio de su desaparición. 

Un punto inexplorado de la Isla sin nombre en el océano pacífico, a varios kilómetros de Japón. 

Byakuya junto a su equipo de exploración se aventuraron a dicho lugar y permanecieron un año y medio para cartografíar y recolectar información sobre la isla; sin embargo, medio año antes del retorno, Byakuya comenzó a investigar algo por su cuenta, explorando y recolectando información que se negó a compartir con el resto. 

Una noche, simplemente desapareció sin dejar rastro.

A pesar de la búsqueda implacable por parte de los demás miembros, Byakuya nunca fue encontrado y jamás regresó. 

Shamil fue quien encontró la vieja bitácora del hombre dentro de las pertenencias de su compañero, y que después le entregó personalmente a Senku al considerar que es lo que Byakuya hubiese querido.

—¿Sabes por qué tu padre insistió tanto en ir a esa investigación? —Xeno habló con solemnidad, esperando captar la atención de su ex pupilo. Y sin esperar una respuesta de él, prosiguió—. No fue la primera vez de Byakuya en esa isla en medio de la nada.

Sin duda la declaración llamó la atención de Senku, pero más que nada, le intrigó la revelación de que su padre y el resto del equipo le hubieran mentido. ¿Con qué propósito?

—¿De qué estás hablando? Esa isla no estaba en ningún mapa y no hay forma de que él decidiera ir ahí por nada. 

Xeno negó con la cabeza, concediéndole parcialmente la razón a Senku, quién para el caso, se veía aún más confundido que antes.

Estelas de impostores. Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt