Capitulo 8

547 50 4
                                    

   

         La fiesta de la muerte.

Octubre había llegado con una ventisca helada que se extendió por los campos penetrando el castillo enfermando a tanto profesores como alumnos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.




Octubre había llegado con una ventisca helada que se extendió por los campos penetrando el castillo enfermando a tanto profesores como alumnos.

Madame Pomfrey estaba que no daba abasto aunque su poción pimentónica tenía efectos inmediatos eso además al que la tomaba echaba humo por las orejas durante varias horas pareciendo tetera.

Igual había llovido por días, el nivel del lago subió considerablemente, las calabazas de Hagrid habían adquirido el tamaño de cobertizos. Sin embrago el entusiasmo de Oliver Wood no se había enfriado, los hacía practicar con más frecuencia incluso bajo la lluvia.

Harry y Beth caminaban por el corredor con las escobas a cuestas, Beth al fin le había dicho a Dora que mandara su escoba era más práctico que las de la escuela, iban chorreando agua y barro por donde pasaban, seguro Filch estaría muy feliz por eso.

Al dar una vuelta se encontraron con Nick Casi Decapitado, el fantasma de la Torre de Gryffindor, que miraba por la ventana hablando para sí mismo.

—Hola, Nick —dijeron ambos.

—Hola, hola —dijo dando un respingo como si apenas los hubiera notado, se les quedó viendo unos segundos antes de guardar una carta.

— Parece preocupado, joven Potter — dijo mirándolo, la verdad Beth igual lo había estado notando raro los últimos días, y no creía que fuera por qué Wood lo estuviera presionando.

— Casi igual que usted, Sir Nicholas. —Beth lo miro de nuevo dando vueltas de un lado a otro.

—¡Bah! , un asunto sin importancia. Al parecer: «no cumplo con las características» —Nick hizo comillas con sus dedos —. No puedo pertenecer al Club de Cazadores Sin Cabeza, todo por esos cuarenta y cinco hachazos dados por una hacha mal afiliada.

— Desde luego —dijo cortes Harry, mientras Beth guardó silencio solo imaginándose aquello.

— Por supuesto, nadie tenía más interés que yo en que todo resultase limpio y rápido, y habría preferido que mi cabeza se hubiera desprendido adecuadamente, quiero decir eso me hubiera ahorrado mucho dolor y ridiculo. Sin embargo. . . —El fantasma sacó de nuevo la carta leyéndola para ellos.

"Solo nos es posible admitir cazadores cuya cabeza esté separada del correspondiente cuerpo. Comprenderá que, en caso contrario, a los miembros del club les resultaría imposible participar en actividades tales como los Juegos malabares de cabeza sobre el caballo o él Cabeza Polo. Lamentándolo profundamente, por tanto, es mi deber infórmale que usted no cumple con las características requeridas para pertenecer al club. Con mis mejores deseos.

Sir Patrick Delaney-Podmore"

Indignado, Nick volvió a guardar la carta mirando a los chicos, Beth lo miraba apenada mientras que Harry no sabía dónde meter la cabeza.

Beth y la Camara SecretaWhere stories live. Discover now