16 - Pesadilla

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- Bastante tiempo sin verte. - me dijo con una sonrisa.

- Minho... - apenas y pude articular palabra, pues no era el hecho de volver a verlo sino el no recibir un ataque por su parte.

- ¿Tienes un momento? - asentí y nos dirigimos a una mesa del lugar - Yo también compre algo - me dijo con parsimonia mientras me mostraba su café -, ¿Has estado bien? - asentí -, ¿Te casaste o algo? - negué con la cabeza -, Entonces tú... - no sabía que decirme pues cada tres segundos cambiaba la dirección de su mirada, de mi cara al bebé y así sucesivamente. - ¿Qué fue lo que pasó? Quiero saber, hyung ha estado mal desde hace tiempo...

- Alto. - lo interrumpí en cuanto ví el rumbo de la conversación - Si Jong te envío aquí no pienso decir nada.

- No... - agachó la mirada por un momento - Vine por mi cuenta y... Desde hace tiempo quería hablar contigo pero no pude contactarte, el encuentro de hoy fue casualidad.

- Ya veo, entonces...

- Me gustaría que tú y Jong arreglaran las cosas, mejor dicho, poder ayudar a él o a tí, sé que los dos están rotos y sumamente marcados por lo que pasaron así que solo... Me gustaría ser un amigo en el que se puedan apoyar cada que lo necesiten.

Suspiré antes de contestar - Escucha Minho, ya es muy tarde para hacer eso, a estás alturas deberías de saber que ya no hay ni habrá motivos para tener un encuentro, ya sea contigo o los demás miembros. - apreté a Lúcio contra mi pecho - Ya no quiero nada que ver con alguno de ustedes. - guardó silencio para después mirar hacia mis brazos.

- ¿Puedo... Verlo? - asentí. Tanto él como yo nos levantamos para después mostrarle al pequeñín - Tan pequeño... - sonrió a lo que parecía ser con melancolía.

Lúcio le sujetó uno de sus grandes dedos con fuerza a lo que Minho se sorprendió, los ojos del miembro de SHINee comenzaron a cristalizarse cuando se encontraron con los ojos del bebé, no sabía que pensamientos pasaban por la cabeza de Minho en ése momento, lo que sí sabía era que éste momento se convirtió en uno muy emocional.

- Tengo que irme, Minho. - dije para salir casi corriendo del lugar, aunque me ví forzada a detenerme por un segundo pues Lúcio tenía su mano bien aferrada a la ajena - Tal vez el siguiente encuentro ya no sea casualidad, Minho.

- Cuídate y, cuídalo también. - dijo refiriéndose a mi bebé. Asentí para ahora sí retirarme de ahí.

Caminé con rapidez y sin mirar atrás, pues tenía miedo de que si giraba estaría Jong esperando con los brazos abiertos a que regresará con él y olvidara el pasado, porque a pesar de todo, aún... seguía existiendo en mí.

Conforme me alejaba más del lugar, sentía una punzada en el pecho, y en cada paso era cada vez más dolorosa, sabía que no era relacionado con mi estado de salud pues esto no lo había sentido nunca en el pasado, era como si predijera que algo malo sucedería...

Miré a Lúcio y se había quedado profundamente dormido, incluso parecía no moverse cuando respiraba, por lo regular siempre era así, pero de todos modos siempre verificaba que saliera aire de su nariz con el tacto de mis dedos y también sentía en su pequeña y delgada muñeca su pulso, mi niño era débil pero cada día luchaba fuertemente por su salud.

Me desvanecí al pasar el semáforo, después de eso no se qué sucedió, lo único que sé es que protegí con fuerza a Lúcio sobre mis brazos.








.......








- ¿Dónde está...? - dije apenas recuperé la conciencia.

- Cálmate, hija. - enseguida me dijo mi mamá, quien estaba a mi lado - Lúcio está bien, después de su chequeo tu papá y hermana lo llevaron a dar un paseo.

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