𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟓 - 𝐎𝐫𝐪𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚

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Noviembre 8, 1996

Querida Margot,

¿Recuerdas cuando éramos chicas nocturnas? Solíamos tener noches enteras de estudio, aunque debiéramos levantarnos a las 5:30 para nuestras clases de ballet en la mañana. Bueno, siento que acabo de tener un mes de esto, lo tomo o lo dejo. ¡Un mes y medio perdido en él!

Así que llamaré oficialmente al período entre septiembre veintisiete a noviembre cuatro: un mes.

Sí, estoy consciente que esto puede calificar como una broma, pero, hey, tengo que hacer algo con el último milímetro de humor que queda en mí.

Siento no haber escrito por dos días. Te lo compensaré esta noche porque siento que los últimos días fueron bastante acontecidos, aún para los estándares de Hogwarts.

Para el momento en el que Draco dejó mi habitación en la noche del miércoles, la nieve volvió a aparecer. Había estado nevando intermitentemente por un par de días. Todo estaba congelándose a nuestro alrededor, pero la nieve nunca fue suficiente para enterrar a Hogwarts en su gruesa y blanca manta.

Inicié en la ventana. Aquí en las mazmorras hay pocas ventanas que dan al exterior. Dos tercios del vidrio manchado se encuentran debajo de las aguas del lago negro, el cual ya se encontraba congelado algunos centímetros en la superficie. Me mantuve en silencio y observé a la nieve caer sobre el hielo y apilarse de manera peligrosa.

No me quise mover. Temí que si lo hacía, me rompería. Quise gritar, pero extrañamente, sentí que había soltado y apagado una buena parte de mi tensión cuando le ordené a Draco salir de mi habitación.

Así que, ahora, quería algo de silencio. Odiaba los pensamientos ocupados que la ira produce. Prefería la presencia silenciosa del dolor.

... ¿Quién es Margot? había preguntado. No había escuchado tu nombre decirse en voz alta en mucho tiempo, Margot, y necesitaba tiempo para adaptarme...

Alaska se acercó después de lo que parecieron horas. Aún me encontraba cubierta con tan solo una toalla y tenía frío. Estaba de pie sobre un pequeño charco de agua. Había goteado hasta quedar seca. Alaska jugó con la toalla para obtener mi atención. Enterró sus garras en la tela suave e intentó escalar encima de mí con suavidad, como si quisiese despertarme suavemente. Ella solía hacer eso cuando aún era una gatita, y sabía que no me resistía a eso.

La ignoré, me acosté en mi cama y dormí. Ni siquiera usé mi pijama. Sólo necesitaba descansar la mente.

Primero, dormí todo el martes. Le dije a todos que me sentía enferma y me quedé en la cama. Parecía que mi horario estaba tan desordenado que automáticamente me desperté a medianoche, la hora en la que normalmente iba abajo de las escaleras a verle. Pero volví a dormirme y no fue tan difícil, afortunadamente.

Aceleré el viernes, adormecida y sedada, intentando alcanzar mis estudios durante mi período libre. Parecía más fácil estudiar ahora que tenía más horas de sueño.

Durante el almuerzo, colecté mis libros y decidí tener una comida silenciosa en la mesa de Slytherin. Parte de mí quería evitar cualquier lugar en donde pudiese encontrarme a Malfoy. Otra parte de mí se sentía tentada a sentarse provocativamente con Harry y Ron en orden de obtener su atención. Me prohibí hacer eso. No iba a dejarme tomar decisiones basadas en él. Continué con mi comida como si nada hubiese pasado.

Él estaba sentado a tan sólo unas sillas de mí y no comía. Tenía mi copia de El gran Gatsby con él y leía silenciosamente. Tenía que encontrar la manera de obtener mi copia de vuelta. No merecía leer los libros de mi madre. Pensaría en eso más tarde, pero la noción de colarme en su habitación y robar mi libro no parecía una opción irracional. Él había actuado peor.

𝑆𝑎𝑙𝑣𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑎 𝐷𝑟𝑎𝑐𝑜 𝑀𝑎𝑙𝑓𝑜𝑦 • TraducciónWhere stories live. Discover now