¡aweoná, yo aun te amo!.

24

antonia;

comino mientras trato de esquivar a estudiantes que tienen cara de haberse fumando kilos de marihuana, algunos tienen olor a alcohol incluso, con que así es la universidad...

al llegar al gimnasio, entro saludando a la recepcionista que por lo que veo es bastante joven.

—hola, necesitas inscribirte, bonita—asentí y me acerqué a ella.

mire el cuaderno que me paso, donde salen hartas firmas junto con nombres de gente que no conozco, puse el mío, una vez terminado, le extiendo el cuaderno, y ella sonríe.

—¿vas a yoga, verdad?—asentí.—no es por ser mala onda ni nada, pero llegas 20 minutos tarde—estoy segura que estoy pálida.

—perdón, la puntualidad nunca ha sido una de mis virtudes—me encogí de hombros y ella sonrió, cosa que me tranquilizo un poco.

—no te preocupes, de todas formas no es a mi a quien tienes que pedirle perdón, bonita—me guiñó el ojo y yo le sonreí, o eso intente.

iba a avanzar, hasta que siento su voz ronca decir mi nombre.

—antonia, espérame—me di vuelta y lo vi escribiendo lo mismo que yo puse.

ella me miro, y luego a el, hasta que su cara demostró que entendió algo, y solo se limito a sonreír.

—ares tampoco tiene la virtud de la puntualidad..—la chica hace una amplia sonrisa.

—me conoces, hermanita—ella puso los ojos en blanco a lo que yo los mire confundida.

—oh no, no, no—negó ella repetidas veces.—somos hermanastros, este ser despreciable jamás sería mi hermano—este último rió y yo asentí entendiendo.

—nos vemos en otro momento, isi—ella lo ignoro totalmente.

—¿por qué te anotaste en yoga?.

—¿por qué lo hiciste tú?.

—yo pregunté primero.

—porque me gusta probar cosas nuevas—se limito a decir mientras llegamos a una sala que dice "yoga y relajación".

ares la abre y están todos en posiciones, mientras nos miran horrible por haber interrumpido la clase.

—lo lamento, somos nuevos—dijo y la instructora lo miro feo.

—ares, eres un impuntual, y además mentiroso, ve a tu posición antes que decida echarte—el levanto las manos.

—tranquila, pero ella si es nueva, no la retes por mi culpa—la señora lo fulmina para luego cambiar drásticamente de expresión a una sonriente al mirarme.

—pasa, querida, toma una colchoneta, y posiciónate atrás—asentí e iba a hacerlo hasta que me detuvo.—que mal educada soy, tu nombre ¿cuál es, cariño?—me miro fijamente, y los demás igual, incluyendo a ares.

—antonia—ella aplaudió entusiasmada.

—que nombre más adorable—intenté sonreí pero me salió más bien una mueca.

pase hasta el final de la sala, donde esta ares sonriendo como weon.

—parece que no le caes muy bien a algunos—susurre y hizo un gesto restándole importancia.

—digamos que mi simpatía es peculiar—me lo dijo muy cerca del oído.

me tense.

—formen parejas, haremos posiciones que requiere de ayuda.. vamos chicas..—miro al ares que este último la miraba con una ceja alzada.—y chico—sonrió.

—seamos pareja—negué.

—nop.

—soy el único que conoces aquí.

—puedo socializar—mentí.

—yapo, antonia—hizo puchero y yo solo me limite a rodar los ojos.

—ok—sonrió victorioso.

—van a intentar una pose muy común, postura de ángulo—nos mostró como se hace y las demás la imitan, menos nosotros.

—yapo, si no muerdo—suspiré rendida y tratamos de hacerla.