4. Flor

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10 de abril de 1950:

Mi hija menor vino hace unos días, al doctor casi le da un infarto cuando la vio cubierta de tierra pies a cabeza, seguramente tuvo una tarde divertida quitándole las espinas del cabello. Podría hacerlo yo mismo, pero mis hijas se quejan de que les jalo mucho al peinarlas.

El motivo de la visita (además de dejar mis sillones cubiertos de lodo) parecía ser entregarme una flor que ella misma sembró para mí. La estuvo manteniendo cuidadosamente bajo un arbusto que la protegiera de ser arrancada y la quitó apenas florecieron cuatro delgadas excusas de pétalos amarillos.

Es un regalo apropiado, le he dicho al doctor que la conserve y la ponga en un recipiente apto, pero en el momento me enojé mucho por la suciedad, la he regañado para que no volviera a entrar a mi oficina en malas condiciones.

Debí subestimar su obediencia, pues el resto de la semana no ha dado un paso cerca de mi lugar de trabajo. Muy dentro de mí extrañé sus dibujos poco habilidosos, sus postres que me dan agruras, sus regalos o simplemente el sonido de sus pasos y su risa estresante cerca del escritorio, cuando se sentaba en la mesa de café a colorear e insistía en tomar conmigo el té. Ella ama las cosas dulces y yo las odio, por lo que me prepara galletas de avena y yo me aseguro de poner miel en su bebida.

He vuelto a casa esta tarde con flores para ella. No tuve tiempo de enojarme cuando la vi en el jardín jugando en un charco, la he lavado con la manguera desde una distancia cautelosa.

Parecía encantada con las flores, las llamó "El regalo más bonito que alguien le ha dado".

Me ha dicho que soy el mejor padre. No lo considero para tanto por unas simples flores. La flor que me ha obsequiado ella sigue estando en la repisa más alta, a la vista de todos. Siempre puedo presumir cuando tengo algo que muchos desearían.

1950 🎩 PAPERHAT (Historia Corta)Where stories live. Discover now