Jungwon solo quería que su amor fuese correspondido. Nunca se imaginó que una chica estuviera en medio de eso.Heeseung no tenía idea de cuánto sufría Jungwon por las noches luego de ver sus manos entrelazadas con otra persona que no fuese él.
Él des...
—Hey Wonnie, ya llegó SungHoon a buscarte —se escuchó la voz de la mamá de JungWon, haciéndolo sonreír a JungWon, saliendo de su habitación para ir y no dejar que SungHoon esperara mucho.
Así está la cosa.
Desde aquel encuentro en el parque, SungHoon, todos los días y a la misma hora se encontraba en la casa de JungWon para llevarlo a algún lado, llaménlo como quieran, pero prefieren que sea por el único nombre que hay.
Citas.
Sí, estaban teniendo citas todos los días, y de verdad JungWon disfrutaba aquello, su mente solo pensaba en lo divertido que fue ir a la feria, o lo tranquilo que llegó a ser caminar frente al lago por la tarde, lo tierno que fue ir a visitar a los gatitos y seguía pensando en la respuesta en si adoptar un hámster con SungHoon.
Y lo bueno aquí, es que poco a poco el amargo recuerdo de HeeSeung se despegaba de sí.
No estaba teniendo rencor, solo quería que se alejara, y por fin matar aquello que sentía, y de verdad que lo estaba haciendo bien.
Ahora las mayoría de las cosas en las que pensaba lo llevaban a una cosa.
Park SungHoon.
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21 de diciembre - 2:30 p.m.
—Mhm, ayer mi mamá me compró los marcadores que pedí —comentó JungWon, volviendo armar otra conversación.— Tienes que verlos, son muy lindos.
—Te brillan los ojitos hablando de esas cosas, si se nota que te gustan mucho —SungHoon habló mirando a JungWon que estaba a su lado, y es que, la verdad podría pasar horas escuchando como JungWon aprendió a hacer letras bonita o cualquier cosa que recordara en el momento para decirlo, se le hacía tierna la imagen de aquel chico parloteando hasta más no poder.
—¡Es que de verdad son muy bonitos! —comentó ahora comiendo su helado que tenía en mano.— Siento que ahora me van a quedar más bonitas las cosas que haré, un punto para mi.
—Bah, yo no podía hacer esas cosas, mis manos son torpes, y a la primera que me salga mal pierdo el poquito de paciencia que tengo —SungHoon frunció un poco el ceño mirando a JungWon, aunque jamás había intentado hacer de esas cosas de las cuales el pequeño hablaba, sabía que si al menos llegaba a intentarlo perdería los estribos y rompería todo.
Ay, que agresivo.
—No es cierto, a ver —JungWon dejó su vaso de helado en la mesa, volteó y tomó entre sus manos las de SungHoon.— No son torpes, solo necesita practica, así se comienza... Y si de verdad quieres hacer algo inténtalo con ganas —Le regaló una sonrisa a SungHoon, y mentir que casi no muere de amor por eso.— Te invitaré a mi casa algún día para que lo hagamos, será divertido, y si fallamos, veremos películas... —Y, JungWon no podía explicar cómo había sucedido, pero ahora había entrelazado sus dedos con el de SungHoon.— Si, muy divertido.
