Capítulo 3

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(Perrito rojo)

Mierda, mierda y más mierda

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Mierda, mierda y más mierda.

¡Yo por ahí no paso!

Trague saliva al ver aquellas grandes puertas frente a mí. Eve me había ayudado a cambiarme y elegido la ropa por mí.

Claramente di mi opinión y pedí algo simple.

Una camisa o ¿blusa? blanca, muy suavecita, un short (o eso creo) de color azul con un par de botones verde oscuro, medias blancas que cubrían todas mis piernas y un par de zapatos negros bien lustrados.

Era extraño verme al espejo al terminar.

Toda la suciedad se esfumó, junto a la ropa fea y desgastada.

Mi cabello se hallaba bien peinado y amarrado en una coleta baja, claramente algunos mechones estaban dispersos, mi cabello es rebelde y eso no lo puedo negar. Eve se había ofrecido a cortar un poco micabello pero me negué, me gusta como lo tengo por ahora.

Mi piel un poco mas colorada y de alguna manera podía saber que se sentiría suave al tacto.

Lo que más me cautivaron fueron los ojos de Antonius.

Ejem, quiero decir.

Mis ojos, algunas veces lo olvido.

Reconocía esta anomalía visual, después de todo en mi antigua vida se puede encontrar gente con este tipo de ojos.

Yo tenía heterocromía.

Heterocromía parcial.

Una mitad superior era del mismo color que la familia imperial y la mitad inferior de un color verde esmeralda. Mitad y mitad, una combinación extraña en este lugar. Con ese característico tono enjoyado.

Bueno, claramente menos extraña si incluimos que nací con la magia negra o el mana más oscuro que el alma del diablo.

No exagero, así me dijeron una vez.

En fin, luego de apreciar mi belleza y mis ojos que me traen condenas.

Estoy aquí.

Al frente de estas grandes puertas con Eve a mi lado.

¿Es muy tarde para escribir mi testamento?

-¿Desea que toque por usted, príncipe?-escuchar la voz de Eve me tomo por sorpresa

-Oh, sí. Por favor, Eve-pedí con amabilidad

Puede que Athanasia es amable porque necesitaba sobrevivir pero con el tiempo tomo cariño, conmigo era diferente.

Era amable y respetuoso, nunca hice berrinches cuando renací como bebé.

Lo que sorprendió tanto a las mucamas como a Penelope.

Aun así me tacharon de raro.

¿Qué cosas no?

Tome aire y suspire profundamente con nerviosismo en el fondo de mi corazón, al ver como las grandes puertas eran abiertas luego de que Eve golpeara suave pero firme con sus nudillos. 

Honne (Princesa Encantadora x Male R!)Where stories live. Discover now