Bienvenidos al month Noviembre 2021, dónde puedes elegir la pareja que más te guste de Karmaland! No te lo pierdas y sigue leyendo nuestras actualizaciones, podrás encontrar mini historias de tu pareja favorita.
Pareja elegida: Rubegetta
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Era una noche fría y ventaba fuertemente en aquel parque principal del poblado de Karmaland, las estrellas adornaban el cielo con su esplendor en aquel gran fondo negro embelleciendo un poco el ambiente visual.
En una banca de madera de roble, que era alumbrada por la tenue luz que emitía un faro, se hallaba sentado Rubén llorando en silencio. Había ido con su madre al pueblo y al distraerse persiguiendo un cerdo, terminó perdido en el parque sin saber dónde estaba su madre completamente solo en la mitad de la noche.
Recordaba claramente que su madre le había dicho que si alguna vez se perdía se quedara donde estaba y eso hizo, aunque como estaban las cosas no creía que aquello ayudará mucho, pues él bien sabía que se había alejado bastante a donde estaba su madre. Así pues se quedó allí sentado en aquel banco rogando por que su madre le encontrara y no quedarse solito en la mitad de la fría noche.
Mientras tanto un curioso Samuel rondaba por los alrededores del parque central de su querido pueblo, sabiendo el camino de vuelta y el tiempo que tenía antes de que su madre se diera cuenta que había desaparecido de la nada. Caminaba por los distintos senderos sintiendo el frío de la noche y admirando el paisaje natural empapado por las gotas de agua aún, pues hace un par de horas había llovido.
Volteo su mirada viendo a lo lejos un pequeño niño sentado en un banco a la luz de un faro, y por lo que pudo oír estaba hipando indicando el obvio hecho de que estaba llorando. Rápidamente se dejó ganar por su creciente curiosidad y se acercó a aquel niño de cabellos blancos que al parecer se encontraba completamente solo.
— Oye —se acercó lentamente para no asustar al niño frente suyo—. ¿Estas bien? —pregunto curioso.
— Y-Yo... —Rubén se puso nervioso inmediatamente, pues estaba indeciso si era correcto hablarle a un niño que ni siquiera conocía y sin su madre o alguien al lado que le protegiera.
— Hey tranquilo —bajo su tono de voz casi susurrando —. Solo quiero ayudarte.
— Y-Yo —El peliblanco enfocó bien su vista y se dio cuenta que aquel chico en frente suyo no se trataba nada más y nada menos que Samuel, aquel chico que hace un tiempo había llamado su atención —. Y-Yo... me p-perdí...
— Oh! Así que es eso.. ¿Sabes más o menos donde están tus padres? —preguntó acercándose un poco más al banco.
— Mmm bu-bueno, estábamos en la plaza cerca de la fuente —dijo pensativo tratando de recordar bien cómo sucedieron las cosas .
— Eso está lejos... y ¿Cómo terminaste aquí? —preguntó confuso pues era realmente raro que aquel chico terminara tan lejos de donde estaba ahora .
