Todoroki sintió cómo levantaban su pequeño cuerpo, ¿está muerto y ahora se eleva hacia el cielo?, ¡NI SI QUIERA SE DESPIDIÓ DE KATSUKI!, ¿por qué lo persigue la desgracia?, sus ojos ya empezaban a soltar lágrimas y de repente sintió aire, ¿qué carajos?, abrió los ojos y vió al hombre pollo, ¿abrió los ojos?, ¿no estaba muerto?
Y es que Keigo lo había cargado y vió como empezaba a hacer muecas extrañas, iba a reír pero vió agua salir de sus pequeños orbes y supuso que estaba teniendo una pesadilla, lo único que atinó a hacer fue mecerlo un poco y soplar delicadamente su rostro, y así pudo ver cómo se iba tranquilizando el niño, despertando al fin.
– Vas a ser una buena mamá – dijo Dabi abrazándolo por la espalda.
– Vete al diablo – se separó de el saliendo del cuarto – apúrate y báñate, para desayunar.
Cuando llegó a la cocina encontró a Toga y Shigaraki haciendo el desayuno.
– Buenos días – saludó y los dos jóvenes los voltearon a ver.
– Buenos días, ¿dormiste bien? – el rubio asintió – el guapo es muy tranquilo para todo entonces.
– ¿Qué va a desayunar?
– Tomura le está preparando un huevo y tocino.
– Ya vi quién es la mamá aquí.
Tomura sólo lo ignoró, cuando terminó de preparar lo que iba a comer el niño se giró y extendió sus brazos.
– Va a desayunar, dámelo – pidió demandante.
– Yo le ayudo – respondió el héroe acercando más al niño a su pecho.
Y así empezó una pequeña pelea entre las dos madres adoptivas de Shoto.
Toga decidió salir de la cocina, cuando se apareciera el pelinegro le ordenaría despejarla para que pudiera hacerse de desayunar, al fin era su culpa, sus novias se estaban peleando.
Pasaron veinte minutos en los que no dejaban de jalonear al niño.
Por un demonio, Shoto se estaba muriendo de hambre y de seguro ya se había enfriado lo que iba a desayunar.
Dabi llegó a la mesa y fue recibido con gritos por parte de la rubia, diciendo que tenía que separar a los dos que estaban en la cocina, cuando el pelinegro entró vió a su hermano con ganas de llorar.
– ¿Qué carajos creen que hacen? – preguntó tomando al niño en brazos – ni siquiera ha desayunado, es un jodido bebé y no puede malpasarse, ¿cuántos años tienen?
– Tú novio tiene la culpa, no dejó que le diera de desayunar – respondió Tomura con el ceño bastante fruncido.
– Yo lo iba a hacer y él no me dejó – Hawks se dió media vuelta y cruzó sus brazos.
Dabi contaba hasta diez para no quemar a ninguno.
Estaban todos ensimismados en su enojo que se olvidaron de la principal víctima, Shoto soltó un pequeño sollozo y Shigaraki tuvo que arrebatarselo.
– Ahora debo calentarlo y no sabrá tan bien como si estuviera recién hecho – recriminó el ojiescarlata.
– Pues hazlo de nuevo – respondió el único héroe.
Tomura iba a desintegrarlo, claro que lo haría, si no fuera porque más sollozos llegaron a sus oídos.
Colocó el plato en el microondas y calentó el desayuno del niño, luego lo llevó a la mesa y Shoto por fin pudo desayunar.
