II

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El agua caliente mojaba todas las partes de mi cuerpo, sentía como mis poros absorbían el vapor del agua.
Cerré los ojos durante minutos, mientras dejaba que el agua cayese sobre mi cabeza.

Imágenes. Vieneron a mi cabeza disparatadamente, parecía un laboratorio, cápsulas, muchas cápsulas blancas llenas de agua. Lo suficientemente grandes como para que una persona entrará en ellas. Y entonces, al final de aquellas imágenes, un silencio, y un fondo negro sin fin. "Freya" fue lo que escuche, Freya...

-Freya... Es, es mi nombre.. -dije para mí misma.

Al pronunciar aquellas palabras sentí como algo en mi interior palpitaba, ahí fue cuando supe, quien era. Freya, ese era mi nombre, y ahora lo recordaba.

Acabe rápidamente de darme la ducha, me vestí, deje el baño como me lo había encontrado y salí con prisa de allí en busca de Alby o Newt.
A unos pocos pasos de allí estaban ambos, conversando mientras observaban a algunos chicos trabajar.

-¡Freya! -grite, los dos se giraron mirándome confundidos y un tanto preocupados, ninguno sabía de que hablaba- Me llamo Freya, ¡Soy Freya! -anuncie con emoción.

Ambos sonrieron, cuando me acerque a ellos el rubio me ofreció su mano para estrecharla. Lo hice al instante.

-Freya, me gusta, es un nombre muy bonito. -alardeo Newt sonriéndome.

-Si que lo es, me alegro de que hayas podido recordarlo Freya. Ahora ya puedes hacer historia en el Claro. -sonrio señalándome el muro lleno de nombres.

Asentí al instante, cogí la daga perfectamente tallada y hecha a mano que Alby me dio, y me acerque al muro.
Una vez allí, delante de todos aquellos nombres, todos con distintas caligrafías, empuñe la hoja de la daga contra la pared rocosa, y escribi mi nombre.
Al escribir mi nombre me sentí bien, observé a mi alrededor. Todo era extraño, no recordaba nada de mi, nada de mi vida pasada, tan solo mi nombre.
Y estábamos todos aquí, encerrados en un laberinto, todos por una misma causa, una causa que nadie sabía.
Pero tenía claro que saldría de aquí, de una manera u otra saldría.

-Ha quedado muy bien. Tienes una letra muy bonita Freya. -escuche una voz aguda y angelical detrás de mí.

Me giré para ver a un chico con el que no había hablado antes. Era de tez negra, un poco más bajo y llevaba puesto un delantal rosa.

-Soy Fritanga. El cocinero de este sitio! -se presentó amablemente.

Le sonreí, desprendía muy buena vibra, y aquello me gustó-Freya, aunque creo que ya lo sabes. -reí- La novata supongo.

-No te preocupes, tu mote es más bonito que el que los demás solemos tener al llegar. Solo tienes que esperar un mes, llegará un nuevo verducho, y todos dejarán de llamarte novata, o puede que no, quien sabe. -rio.

-A esperar un mes entonces. ¿Y te encargas tú solo de alimentar a todos estos chicos? -el asintió.

-¿Alucinante verdad? Pues así es, todas estas bestias siguen vivas gracias a mi, y a mis buenos estofados.

-Estoy deseando probarlos entonces.

-Ven, te presentaré a algunos chicos.

Dimos una vuelta por el Claro, hasta encontrar a un grupito de chicos descansando.

-Chicos está es Freya.

-Lo sabemos, eres la última novedad preciosa. La primera mujer en el área, todos están discutiendo por quién podrá quedarse contigo. -explico un chico riéndose.

-No necesito a ningún hombre, y no soy un objeto con el que podáis decidir con quién se quedará. -deje claro firmemente.

-Tranquila Freya, tienes buen temperamento. -rio-Soy Ben, encantado.

Sonreí falsamente-Vaya, hola novata, por fin nos conocemos.

Un chico coreano y de pelo negro apareció tras Ben. Era alto, y tenía unos brazos marcados, al igual que las piernas, tenía mucho músculo. Este chico me sonaba de haberlo visto antes, creo que era uno de los corredores.

-Freya. -dije para que dejara de llamarme novata, y empezará a hacerlo por mí nombre.

Levantó ambas manos en son de paz-Esta bien Freya, encantado, -rio-soy Minho, el líder de los corredores.

El chico sonrió orgulloso por su título, reí ante el gesto que este había hecho anteriormente con ambas manos.

Fritanga siguió presentándome a varios clarianos. Siendo sincera todos los chicos me parecieron agradables, algunos con menos neuronas que otros. Pero aún así todos eran buenas personas, y sentía que podía confiar en la gran mayoría de ellos, como si una pequeña parte de mi ya los conociera.

-¡Freya! -Newt se acercó corriendo hacia mi, mientras corría hacia mi, me fijé en que corría con un poco de molestia en una pierna-. Es hora de ir a cenar, quería preguntarte si bueno, ¿Te gustaría sentarte conmigo? -Pregunto nervioso.

-Me encantaría.

Ambos nos dirigimos hacia el comedor, al entrar, todos los clarianos ya estaban allí sentados, algunos aún estaban sirviéndose la comida. Como esperaba, al entrar, todas las miradas se fijaron en nosotros. En mi.

-¡Bienvenida Freya! -me saludo Ben al llegar al comedor.

Le sonreí, tras él se encontraba Gally, el que reaccionó de forma extraña cuando Ben me saludó tan animado.

-Hola novata. -me saludo alzando una de sus marcadas cejas-Vaya, ahora me ignoras? -sonrió de forma arrogante.

-Sí Gally. Es exactamente lo que estoy haciendo.

Pase de él y seguí a Newt atravesando el comedor. Ambos nos acercamos a Fritanga para que nos sirviera el menú que había preparado.

-Para ti el mejor plato de la casa. -me susurró mientras me guiñaba un ojo.

Reí ante su simpatía conmigo, y comentario, le guiñe un ojo de manera cómplice, y seguí a Newt hasta una de las mesas del principio.

En ella estaban Alby, Minho, y otros clarianos. Fritanga también vino con nosotros para sentarse a comer.

-¿Que te ha parecido el Claro? ¿Que tal tu primer día?

-Claramente todo me da vueltas todavía, es difícil de asimilar. Pero podría decir que ha sido un, ¿Buen día? -reimos.

-Tranquila te acostumbrarás, todos hemos pasado por ello. Aquí ya eres una más de la familia, y no te preocupes, al ser la única mujer serás mi protegida. Nadie podrá tocarte Freya, no te preocupes por ello. -Aquellas palabras me dieron seguridad, de alguna manera fue como si mi padre me estuviera asegurando mi seguridad ante todo.

-Nuestra protegida. -añadio Minho sonriéndome.

Con ellos me sentía bien, sentía que todo esté caos en el que había despertado podía disiparse un poco, con ellos me sentía en casa sin realmente estarlo.

-Nadie te tocará ni un pelo preciosa. -aseguro Newt mirándome a los ojos.

-Recuerda que tú tampoco rubito. -contesto Minho haciendo reír al resto de los presentes.

Reí junto a ellos mientras las mejillas del rubio se tornaban de un tono carmesí.
Mientras los demás seguían conversando, pude notar, como a través de las mesas, una mirada inquieta e intensa seguía puesta en mi desde que atravesé la puerta del comedor. Gally.

Only now matters - GallyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora