02

1.8K 154 45
                                    

Un nuevo día se presentaba en la casa de Vegetta. El pelinegro abrió los ojos lentamente tratando de acostumbrarse a la luz que entraba por las ventanas de la habitación.

Trató de levantarse pero unos brazos lo mantenían fuertemente agarrado por lo que los soltó sin cuidado y se levantó de la cama en dirección al armario para ponerse algo de ropa encima.

Al no ser cuidadoso acabó despertando a Rubius, el cual tampoco tardó más de treinta segundos en levantarse de la cama e ir al armario a buscar alguna prenda que ponerse.

Vegetta bajó las escaleras dejando al Omega ponerse la ropa y aprovecho para comenzar a pedir el desayuno.

Ahora vivían practicamente en una ciudad así que se habían acostumbrado ya a pedir el desayuno, la comida y la cena por delivery.

Se habían acabado las mañanas cocinando algo de desayunar para ambos, ahora de su hermosa relación solo quedaban algunos restos.

Pidió lo que pedían habitualmente y dejó el móvil a un lado de la mesa para después sentarse en el sofá.

Escuchó pasos a sus espaldas y vio a Rubén bajar las escaleras con una de sus sudaderas moradas antiguas.

Una oleada de recuerdos le invadió por lo que no dudó en gritarle al Omega.

-¡Cuántas veces te tengo que decir que no toques mi ropa idiota!- exclamó Samuel siendo ignorado por el menor, el cual tan solo se sentó en el sofá.

-Vegetta, tenemos que hablar- cuando el Omega dijo estas palabras Samuel se tensó. Eso nunca significaba algo bueno.

-Si te has atrevido a engañarme juro que mataré al imbécil- dijo antes de dejar hablar a Rubén.

-No te he engañado y no estoy pensando en terminar contigo aún- añadió Rubius.

-¿Entonces de qué coño quieres hablar?- cuestionó Vegetta.

-Me iré de Karmaland- de todas las cosas que Samuel se esperaba está no estaba entre las opciones por lo que se sorprendió y miró al Omega.

-¿Como que te irás de Karmaland? ¡No puedes irte de Karmaland!- exclamó Vegetta.

-Solo hay una condición con la que no me iré- habló el Omega.

-Ya me he gastado mucho dinero en ti, no me pidas nada porque no te lo daré- interrumpió el Alfa.

-Lo que quiero no es algo que se consiga con dinero- siguió Rubius.

-¿Entonces como cojones lo vamos a conseguir?

-Lo que quiero es recuperar la antigua Karmaland- y de nuevo eso es lo último que se esperaba Vegetta.

-¿Porque quieres recuperar el antiguo pueblo después de un año?- preguntó Vegetta- Es una estupidez y Cerdus Gil no se irá del puesto de alcalde tan fácilmente.

-Entonces me iré de Karmaland- volvió a hablar Rubius comenzando a sacar a Vegetta de sus casillas.

-¿¡Pero porque tan repentino!? ¡Llevas un año viviendo entre lujos y ahora de repente te quieres ir de Karmaland si no recuperamos el antiguo pueblo! ¿¡Se puede saber porque!?

-Porque estoy embarazado y no quiero que mi hijo o hija crezca entre toda esta maldad- otra cosa que Vegetta no se esperaba para nada.

Pasaron los minutos entre silencio incómodo, Rubius esperaba a que Vegetta hablara mientras el Alfa procesaba la información.

-¿El hijo es mío?- preguntó Vegetta después de casi ocho minutos en silencio.

-Si- respondió Rubius a lo que Vegetta suspiró.

-Te ayudaré a recuperar el antiguo pueblo si me respondes a una pregunta- dijo el Alfa a lo que Rubius asintió- ¿Aún me amas?

Rubius se quedó en silencio pensando la respuesta mientras Vegetta se ponía más nervioso mientras los segundos pasaban.

Finalmente Rubius dio una respuesta.

-No eres la persona de la que yo me enamoré hace tres años, de eso estoy seguro- la respuesta desanimó un poco al Alfa, quien apartó la mirada- pero también sé que en el fondo ese Vegetta sigue existiendo, no podría decirte que te amo tanto como la primera vez que te vi pero si te puedo asegurar que aún lo hago. Aún te amo Vegetta.

El Alfa escuchó la respuesta con una sonrisa nostálgica, el gobierno de Cerdus Gil había cambiado a todos, incluyéndole.

Tomó al Omega de la cintura y unió sus labios en un beso que el más bajo finalmente aceptó. No era como los besos que solían darse desde hace un año, este era más profundo, más auténtico.

Debían traer de vuelta la antigua Karmaland y de eso no cabía duda.

Dos héroes están convencidos, faltan siete...

•RECUPERAR• ×Rubegetta×Where stories live. Discover now