ʚ Capítulo 1 ɞ

2.8K 275 391
                                    

El ambiente dentro de aquella estrecha oficina era sofocante. La mujer frente a él le había estado ahogando con información durante casi dos horas completas. Se sentía agobiado, pero al menos todo parecía haber acabado.

La mujer le extendió una carpeta con todos los documentos que había solicitado y con aquello en mano al fin pudo retirase de ese lugar. Estaba exhausto, cansado y agotado, pero al menos había logrado su objetivo.

Se iría de intercambio.

Sasuke Uchiha, estudiante ejemplar de tercer año en la carrera de Ciencias Políticas impartida en la Universidad Konohagakure, había postulado a inicios de aquel año para poder irse de intercambio a otro país durante un semestre con la intención de ampliar su horizonte y obtener experiencia académica en el extranjero. Al ser un buen estudiante y tener calificaciones por sobre el promedio no tuvo que esperar mucho para que su solicitud fuese aceptada.

Con todo listo y los papeles completos, solo le quedaba esperar una semana para irse al país que escogió para su intercambio, Canadá. Sus maletas ya se encontraban preparadas y su estancia asegurada; se hospedaría en una de las habitaciones/departamentos que ofrecía la Universidad. Afortunadamente pudo escoger una individual, aunque ello requirió un costó extra.

Al salir de la oficia emprendió rumbo. El camino hacia su hogar fue tranquilo y sin inconveniente.

Cuando llegó a su casa lo primero que hizo fue calentar la comida que había dejado preparada esa mañana. Aún vivía en la casa de su niñez junto a sus padres ya que estaba ahorrando dinero para un departamento ubicado en el centro de la ciudad y cerca de su Universidad. Lo bueno es que gracias a la beca que tenía no pagaba nada más que la matrícula universitaria.

Al estar su comida lista, cenó junto al silenció que le proporcionaba la casa desolada. Sus padres se habían tomado una semana libre que utilizaron para salir a vacacionar. Él no fue ya que debía estar pendiente a su traslado.

Una vez acabada la comida subió las escaleras y camino hasta el final del pasillo ignorando su habitación. En menos de un minuto llegó al balcón de la vivienda donde tomo asiento en aquel viejo sofá que se hallaba ahí.

La suave brisa golpeo su cara. Los finos labios se separaron para liberar un suave suspiro mientras acomodaba su cabellera de negro azabache con ayuda de una mano. Sus largos dedos se entrelazaron con los mechones de pelo a medida que la mano se deslizaba por su cabeza.

Un suave tintineo le hizo detener la acción.

Separó su mano con lentitud y enfocó la mirada en su muñeca derecha, la cual era rodeada por una pulsera de plata que lucía bastante desgastada y ajustada para su muñeca.

Una opresión en el pecho se hizo presente en cuanto paso su dedo sobre la plaquita que se hallaba en el centro de aquella pulsera para sentir el grabado de las letras. A pesar de haber pasado tres años aún le dolía ver aquel nombre junto al suyo. Le dolía, pero no podía evitar usar aquel brazalete. Era lo único que le quedaba de él.

Ignorando el vació que sintió en aquel momento, saco su celular para llamar a sus padres y contarles como le había ido el día de hoy. Necesitaba centrar su mente en otra cosa ya que cada vez que le recordaba no podía evitar que su corazón le pesara. Lo extrañaba, pero eso de nada servía.

 Lo extrañaba, pero eso de nada servía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No me enamoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora