La hijastra de uno de los mayores jefes en las redes de prostitución de su país, obliga a su hija a participar en las famosas carreras de vehículos para conseguir algo más de dinero.
Lo que ella no sabe es que conseguirá su objetivo con la ayuda de...
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- Te dije que si no me traías el dinero de tu madre hoy acabarías trabajando bajo mi poder - dijo mi asqueroso padrastro mientras me sujetaba del cuello de mi sudadera dejándome casi sin respirar.
- Una falta más y acabas como otras de mis zorras sucias ahí abajo - escupió furioso con una sonrisa cínica refiriéndose a las trabajadoras de sus prostíbulos.
- Señor... - entró una persona a la habitación haciendo que el hombre enfrente mío me soltara. - no quería interrumpir - se disculpó el chico mirándome disimuladamente.
- Ignórala - dijo mi padrastro sin más haciéndome rodar los ojos.
- Hemos perdido la carrera ... - soltó rápidamente el chaval.
- ¡¿Por qué todo sale mal ahora?! - gritó furioso el mayor de la habitación dando un fuerte golpe en la mesa asustando al chico.
- Él y su grupo son muy rápidos, además, se dedican a otros mercados por lo que tienen mucho más dinero ... - dijo inseguro.
- Me da igual necesitamos el dinero como sea y conseguir que ellos acaben en la cárcel pudriéndose - escupió al suelo. - Me deben mucho dinero - continuó y se quedó varios segundos en silencio hasta que giró su cabeza hacia mí.
- ¿Y qué opinas sobre meter a esto en el grupo? - preguntó volviendo a su semblante seguro y divertido, que asco.
- Señor Jeon sería muy peligroso - dijo mirándome preocupado.
- No tenemos opciones Soobin... necesita hacerme unos favores ¿no es cierto? - esta vez se dirigió a mí.
- Pues no se hable más - asintió el anterior nombrado dándome una mirada apenada.
Odiaba a mi padrastro, sabía quién era el chico, nos conocíamos desde pequeños y acabó trabajando para mi padre por problemas de dinero, una historia casi tan triste como la mía.
- Soobin - pronunció el Señor Jeon con un tono intimidante. - Una falta más y ya sabes tu futuro - el chico tragó saliva asintiendo tenso. - Ahora quitaros de mi vista - y así fue como nos echó de su despacho.
Salí de la sala siguiendo el paso del alto que iba delante mía.
Una vez salimos del edificio subterráneo en el que se encontraba la sede de todo lo que controlaba Jeon, Soobin me dirigió la palabra.
- Lo siento - pronunció mirándome con compasión.
- No sientas pena - le dije seca. - sabíamos que acabaría aquí tarde o temprano
- Vaya mierda ... - murmuró mientras andábamos hacia su moto.
- ¿A dónde me llevas? - pregunté curiosa.
- Al club a que conozcas a los de mi grupo, ahora será una de los nuestros - me lanzó un casco mientras sonreía levemente.
Se subió primero y yo le seguí para después enrollar mis brazos en sus cintura.
El fresco aire de la noche rozaba mis brazos haciéndome estremecer, debería haber cogido una chaqueta, pensé auto riñéndome.
Tras unos largos minutos de camino sobre el vehículo, llegamos a un polígono que se encontraba a las afueras de las ciudad y aparcamos justo en frente de un local con el cartel lleno de luces led llamado I&credible.
- Ven vamos a entrar - dijo sacándome el casco y guardando las cosas en la moto.
No había nadie vigilando en la puerta por lo que entramos sin problema.
Una vez en el lugar la fuerte música invadió nuestros oídos y el calor humano se hizo presente en el ambiente, había mucha gente.
Soobin tomó mi brazo y fue evitando a las personas para llevarme a donde estaba su grupo pero me distraje al ver como las personas se apartaban dejando paso a unos chicos vestidos completamente de negro y con semblante serio.
Sin darme cuenta, dejé de caminar y me quedé observando al grupo de chicos hasta que mi mirada se dirigió al que se encontraba al frente, un muchacho alto con aire de superioridad.
Reconocía esa mirada y sonrisa socarrona... ¿Heeseung?
Y como si hubiera leído la mente el chico me miró repentinamente notando mi presencia, frunció levemente el ceño y para cuando quise reaccionar una voz llamándome interrumpió mis pensamientos.
