Capitulo 42

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—¡Jace! ¡Jace!— gritaba una rubia del otro lado de la puerta mientras la golpeaba con violencia ocasionando bastante ruido.

Por su parte el rubio estaba cubierto de pies a cabeza con una manta del hotel la cual era de color blanco. Soltó un quejido y se paró de la cama como un vagabundo. Solo traía puesto unos pantalones largos de color negro los cuales eran cómodos, fue descalzo hasta la puerta y la abrió. La rubia quien venía con mucha emoción, ahora tenía una cara de espanto.

—¿Qué carajos te pasó?— soltó la rubia con miedo.

Sus ojeras eran más notables que sus ganas de hablar. Sus ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar, su cara estaba toda pálida. Parecía enfermo.

—No tuve una buena noche, Jojo.

La rubia quien venía con un pantalón normal, un suéter que tenía su cara imprenta en ella y un distinguido moño morado en una trenza que tenía de lado, hizo se que se sentará en el sofá.

—Dios, ¿te traigo agua?

—No, estoy bien...

—¿Cuando lo dices te lo crees?— soltó está yendo a la cocina y trayendo un vaso de cristal con agua.— Estás muy mal.

—No me he visto al espejo— rió él tratando de soltar un poco de tensión.

—Pues deberías. Por favor, cepilla tus dientes, date un ducha. Has algo que haga pensarle a todos que estás vivo, porque así pareces un vagabundo zombificado— chillo la chica.

—Mejor regresó a la cama— balbuceó el chico parándose del sofá en dirección a su habitación para seguir durmiendo.

—¡Oh no! No, no, no, no, no te dejaré— soltó la rubia tomándolo del brazo y empujándolo al baño antes de que se tirara a la cama— Iremos a desayunar con los chicos y Michelle. Después nos harán unas sesiones de fotos y...

—Pero no quiero ir— se quejó el chico como niño pequeño sentándose en un mini sofá que había en el baño, el cual era de color blanco— Quiero seguir lamentándome y...

—¡No! Estas grabe, Jace. Solo toma esto— le arrojó una toalla de baño en la cara— Y date un baño. Lo necesitas urgentemente, apestas a tristeza.

Jace frunció el ceño a como pudo y rodó los ojos.

—Te odio— soltó Jace antes que Jojo le cerrara la puerta en la cara.

(...)

—¿No te encanta esto?— chillo la rubia con emoción en dirección de su amigo Jace quien traía un gorrito de pingüino como el de ella, y venía abrazando unos peluches de osos de diferentes colores.

—Lo detesto— soltó el sin emoción y con frialdad mientras la fulminaba con la mirada.

—Que amargado— se quejó Jojo.

Después de haber ido a desayunar y haber ido la sesión de fotos, el director Michelle y su personal sugirieron ir a un parque de diversiones cerca de la cuidad el cual estaba increíble. Todos se la estaban pasando bien, excepto Jace quien tenía cara de pocos amigos, excepto cuando se le acercaban fans a quererse tomar fotos con él. Pues habían varios niños pequeños, chicos y chicas de diferentes edades que al verlo lo reconocían y se acercaban a él con emoción, y se le hizo muy grosero decirles que no a una foto cuando gracias ellos tiene trabajo, además que no quería meter sus emociones en otros asuntos que no iban.

Pero no tenía muchos ánimos de estar ahí entre tantas personas quienes venían con sus parejas. O los que venían en familia. Por otro lado, Jojo hacía lo que estuviera en sus manos para ver sonreír a Jace. Trataba de hacer chistes, darle su espacio, hacer que se subiera a atracciones que sabía que le gustaban pero no había resultado. Incluso sugirió jugar un juego de armas para ganarse unos peluches, y terminó jugando ella sola, así que le regalo esos peluches a Jace. Quien ahora se está quejando porque enserio no se está divirtiendo.

𝙏𝙬𝙤 𝙜𝙞𝙧𝙡𝙨, 𝙤𝙣𝙚 𝙝𝙚𝙖𝙧𝙩 | jace norman Donde viven las historias. Descúbrelo ahora