𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐒

122 |Lo que te hace ser tu|

Skylar

—Dime que no es en serio—Escucho que se queja Care mientras que yo bebo la malteada que tanto le gusta a mi bebé, la cual fue traida por la rubia cómo ofrenda de paz y agradecimiento por salvarle la vida

—Eso quisiera, cuándo volvimos de buscar a Jeremy, Shane y Bonnie se habían ido—Bufa Elena al otro lado de la línea, cosa que me hace rodar los ojos, su voz me molesta, que viva me molesta—Shane necesita a Bonnie para que haga el hechizo y encontrar la cura y Shane los alejó de nosotros

—¿Y dónde está Damon?—Pregunta confundida

—Nos peleamos, creí que estaba caminando, pero en la playa encontramos señales de lucha.

—¿Y eso que significa?

—Significa que alguien lo atacó y lo capturó.

—¿Crees que haya sido Shane?

—No, no es tan fuerte comparado con Damon, aún sorprendiéndolo debió tener a alguien o a varias personas ayudándolo.

—Lo siento mucho, desearía poder ayudar.

—Tal vez hay algo que puedas hacer.

—Lo que sea, dime.

—Shane busca la cura, podemos encontrarlos, tenemos fotos de los tatuajes de Jeremy, pero no podemos traducirlos...

—A menos que consigan la espada del Cazador.

—Exacto.

—Jamás nos la dará—Asegura Rebekah

—Si hay alguien que puede convencerlo es Skylar y ella a la que única que escucha es a Caroline—Dice obvio Stefan—Sabe lo mucho que anhelas la cura y jamás te quitaría eso

—Jamás nos dará la espada, ni siquiera a Skylar, está aterrado de que la usemos para hacerlo mortal y además de eso, no quiere que seamos felices cómo humanos.

—Tal vez no tiene que entregarla, Klaus y Skylar están atrapados en la casa de Elena por el hechizo de Bonnie, no puede salir de ahí, es dificil esconder un metro de metal.

—La encontraré, tranquilos—Asegura la vampira—Solo envíenme las fotos del tatuaje de Jeremy, buscaré la espada y los volveré a llamar

—Gracias, Caroline—Dice sincera la morena

—Adiós —Cuelga el teléfono para luego comenzar a caminar

—¿Necesitas mi ayuda con algo, Caroline?—Interroga inocente el rubio sabiendo que eso la fastidia a niveles inimaginables

—No, ya has hecho suficiente desde que llegaste al pueblo—Dice molesta

—Cuándo vuelvas trae unas papas fritas, tengo hambre y no puedo salir de aquí así que necesito distraerme con algo—Digo suplicante a lo que ella me mira con el ceño fruncido—No me mires así, como por dos ahora

—En el libro que te dije que leyeras y que también he estado leyendo para poder ayudarte dice que debes consumir al menos cinco raciones de frutas y hortalizas en el día, cómo insistes en comer a pesar de que acabas de comer un sándwich te voy a traer frutos secos, pero no pienso traerte más comida chatarra—Determina

—Me voy a morir de hambre—Me quejo

—Claro que no, además, vas a nutrir a tu organismo, el cual ahora compartes con otra persona.

—Pero eso no es lo que quiere el bebé, yo hablo por el o ella y te digo que no quiere esas cosas—Digo obvia—Klaus piensa que tengo razón, ¿No es así?