SEIS

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JOAQUÍN

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JOAQUÍN

Abro los ojos cuando siento un pequeño roce en la mejilla, y en cuanto la mirada de Emilio se encuentra con la mía, sonrió

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Abro los ojos cuando siento un pequeño roce en la mejilla, y en cuanto la mirada de Emilio se encuentra con la mía, sonrió. Reconozco su simple toque. Es algo nuestro, y siempre he amado que lo sea. Emilio me sonríe de vuelta, y luego con la mirada me señala a Amira, quien está profundamente dormida en medio de ambos. La miro, y me enternezco con la vista de ella respirando de manera lenta, y pacífica, mientras sus pequeños rizos están completamente revueltos. Sus mejillas rellenitas son adorables, y eso juntando a sus manitas hechas puñitos, y sus largas pestañas oscuras, y rizadas, me hacen sentir que el mundo es el lugar más maravilloso que existe para vivir este día.

—Ella realmente es tranquila —me susurra Emilio, y detrás de mí puedo escuchar como Heros se acomoda en su lugar, pues sí, al final él ganó el piso de nuestra habitación, junto con Mau y Daniel. Mi madre no quiso irse, por más raro que eso fuera, y se quedó en la cama del cuarto de invitados, junto con Bianca, Ren, y Óscar. Los guardaespaldas se quedaron muy cómodos con los sillones.

Todo nuestro departamento está repleto de personas, y eso que todavía no han venido nuestros amigos españoles. Eso sin duda será un caos.

—Lo es —susurró de vuelta, y me acomodo mejor de lado para poder acariciar el cabello de nuestra pequeña—. Me hace pensar que es un sueño.

Emilio suelta una risa baja.

—Sí, recuerdo bien que una de las cosas que más te asustaban de tener un hijo era que no les tuvieras paciencia.

Asiento, mientras le acomodo unos rizos a Amira.

—Al parecer Dios realmente existe —digo, y Emilio niega divertido, mientras se acomoda a sí mismo de lado, sosteniendo su cabeza con una mano, me pierdo un segundo en la manera en que sus músculos se marcan debajo de su pijama. Mi guapo me mira fijamente, y me da un guiño. Ruedo los ojos con cariño, y me sonrojo un poco. Porque todavía tiene ese poder sobre mí.

Emilio y yo platicamos sobre diversas cosas en voz baja mientras esperamos que todos los demás se despertaran, ya que todavía era temprano. No teníamos una rutina totalmente establecida, porque debido a nuestros trabajos no tenemos ni idea de cuando nos tocará dormir poco, o mucho. Pero estos días han sido relajados en toda la palabra, aunque sí una locura.

Our Little Queen. || Emiliaco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora