¿Contra nuestra voluntad? [Katsudeku/Bakudeku] [Fantasy AU]

Cap 1º [Una terrible noticia]

—Katsuki, Izuku. . .Mitsuki y yo tenemos algo que decir— tomó una breve pausa y continuó— . . .ustedes dos están comprometidos—

—¡¿QUE!? 

[...3 horas antes...]

Katsuki Bakugou, un chico de mal temperamento, pelo rubio cenizo, y una cara, que a pesar de estar un poco arrugada porque siempre tiene el ceño fruncido, es muy atractiva, en especial para las mujeres del reino Doragon.

A si es, la mayoria las chicas de la aldea se derriten por el. Algunas lo hacen porque no se resisten, otras lo hacen por el simple hecho de que el rubio es el príncipe, y otras lo hacen porque las demás lo hacen.

En fin, el rubio puede elegir cualquier chica que quiera como si fuera un zapato. Lo usa, se aburre y lo tira. Ese es el hobbie favorito de nuestro protagonista, ya que nada lo hacía más feliz que jugar con los sentimientos de aquellas personas.

Se escucha que alguien toca débilmente la puerta.

—Disculpe joven alteza, ¿puedo pasar?— pregunto una chica de pelo rubio vestida con el uniforme de las empleadas del castillo, mientras abría con lentitud la puerta —l-la reina dice que pase al gran salón— informa avergonzada por el hecho de poder ver a el príncipe sin camisa.

—Agh esa maldita bruja. Que querrá ahora— murmuró para si mismo —dile a la bruja que ya bajo— dice con un tono irritado mientras se coloca su camisa.

—¡D-de acuerdo!— dice cerrando la puerta rápidamente para luego dar un suspiro.

Después de unos minutos, el chico con mal temperamento se dirigía a la sala del trono, tal y como su madre había ordenado.

Caminaba por los largos pasillos del castillo. Las paredes eran decoradas con cuadros y pinturas de sus ancestros—Tsk!— chasqueó su lengua— quien mierda decoraría un castillo con retratos de viejos verdes— pensó para si mismo.

Al final del largo pasillo se podía ver una gran puerta. Era la puerta del gran salón que en cuanto el peliceniza se acercó fue abierta por unos guardias que se encontraban a su costado.

Con fastidio se dirigió al centro de la sala para encontrarse con la reina, su madre. La mujer tenía un gran parecido a su hijo, su pelo cenizo igual de puntiagudo, su cara bastante atractiva, y un porte elegante, digno de la realeza.

—¿Qué quieres?— preguntó irritado el peliceniza.

No me hables con ese tono jovencito— contesta la madre con serenidad ante el mal tono de su hijo— necesito que te arregles, tendremos visitas. La reina y el príncipe del reino Hikari vienen en camino, se hospedaran en nuestro castillo durante un par de meses. Quiero que te comportes bien con Inko e Izuku, no quiero causar una mala impresión. Y que te quedé claro que si te comportas de manera grosera con Izuku, conocerás el poder que tengo cómo reina y madre.

—Tsk— se escucha como el menor da un chasquido con la lengua, para luego apartar la mirada.

Normalmente no le daba miedo su madre, pero cuándo lo amenazaba no podía contradecirla— como sea— murmuró para luego dirigirse a la salida de la habitación con la intención de irse, pero fue detenido por la voz de su madre que le dijo — Te quiero en la entrada en media hora. Puedes retirarte—

[. . .]

—¿Izuku, estas bien? Te eh notado muy serio estos días que vamos de viaje, ¿No estás emocionado por estar en el reino Doragon? Desde que eras pequeño te han fascinado los dragones— decía una mujer con una larga cabellera peli verde, y una cara de preocupación hacia su descendiente. Sabia que algo le pasaba a su hijo.