Capítulo 1

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“Esto no puede estar sucediendo”.

  Fue el primer pensamiento que tuvo Severus Snape tras la revelación que acababa de hacerle Sybill Trelawney. Era imposible, absurdo, ilógico…

   Tan imposible, absurdo e ilógico como había sido terminar durmiendo con ella dos meses atrás.

   Sacudió la cabeza, alejando esos pensamientos, pero la verdad era que no podía sacarlos de su mente completamente por más que quisiera y lo intentara, porque sí lo intentó de múltiples formas, pero todo fracasaba rotundamente.

   Dos meses atrás, en aquel día que decidió acabar con su vida y terminó emborrachándose en un intento de darse ánimos, ése había sido el error que cometió, el mismo que no hacía ni una hora atrás había estado recordando.

   Aunque realmente no recordaba mucho del hecho, si tenía que ser sincero. Sólo sabía que en un momento, después de haberse acabado la tercera botella de alcohol, había comenzado a sentir calor. Mucho calor. Pero más allá de sacarse la capa negra que siempre utilizaba, aun cuando no estaba dando clases, no podía decir que hubiera hecho más.

   ¿Trelawney había llegado poco después? ¿Él había bajado en algún momento y la encontró por el camino? ¿O ella ya estaba allí desde que él llegara, solo que en su aturdimiento del momento no la había visto?

   No tenía respuestas para ninguna de esas preguntas. Sólo sabía que ella había estado tan ebria como él la noche anterior, su olor a jerez de cocina aun era notorio en ella cuando despertó al otro día, encontrándola recostada en el suelo de piedra a unos pasos de donde se encontraba él mismo.

    Ambos se habían despertado casi al mismo momento. Ambos se dieron cuenta enseguida de lo que había sucedido. Ambos estaban en silencio mientras se vestían. Ambos decidieron, implícitamente, no mencionar nada sobre el tema y hacer de cuenta que ni siquiera había ocurrido.

   Severus siguió con su vida tan normal como siempre, entre clases y las charlas absurdas de Dumbledore, no la volvió a ver siquiera en las comidas.

   Si tan solo la hubiera visto una vez después de… esa noche… entonces se hubiera percatado enseguida de que algo andaba mal. Algo como que estaba esperando al hijo de él, por ejemplo.

¿Un hijo suyo?

   No, imposible.

   Severus no le contestó nada a Sybill cuando ella volvió a repetirle sobre su condición, y simplemente bajó las escaleras. Directo a la seguridad de las mazmorras.

   Seguro que al día siguiente, y ya habiendo descansado como necesitaba, las cosas mejorarían por sí solas.

   Quién dice y todo no era más que un mal sueño.


***

    El mal sueño lo siguió hasta la mañana siguiente cuando vio a Sybill Trelawney en el Gran Comedor.

   Severus siguió avanzando decididamente hacia la mesa principal, aun cuando su corazón empezó a latirle un poco más desesperado de lo que debería. Y tal vez un poco más cuando ella lo miró fijamente a los ojos antes de inclinarse para decirle algo a Albus Dumbledore. Quién también lo observó.

   Estuvo tentado de dar media vuelta en ese momento, pero eso sólo hubiera atraído más la atención hacia él, por lo que siguió adelante armándose de valor y tratando de mantener su postura seria e indiferente.

LO PEOR DE TI... LO MEJOR DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora