Llamas Gemelas [Terminada]

(43) Creo Que Me Gusta

Valentina

Estaba ordenando unos cupcake en la vitrina y otros pasteles, oí que la campana de la puerta sonó y se que habían entrado las dos personas más importantes, conocía muy bien sus pasos.

-¿Como les fue hoy? —les pregunte al terminar de ordenar, deje la bandeja sobre la mesa para saludarlos.

—Nos fue muy bien, mami —habló Aby muy sonriente, le di un beso a mi hija —El que no está bien es Diego —me susurro al oído, la mire y luego mire a Diego que se había sentado en un piso alto, tenía sus codos sobre la mesa redonda y miraba por la ventana.

—¿Qué le pasó? —le pregunté, ella solo levanto los hombros.

—No se, pero seguro es por Evangeline.

—¿Su compañera? —ella asintió.

—¿Y la abuela?

— Esta en la parte de atrás con Bala y sus cachorros —le dije, ella se fue muy sonriente, me iba acercar pero en eso entró un cliente.

—Ve que no me demore nada —me dijo muy sonriente —¿Esta listo?

—Si —conteste, busque la caja donde había una docena de donas y una docena de cupcake —Ahí esta la boleta. Gracias por su compra.

—Gracias. Nos vemos —se fue rápidamente, volví a mirar a Diego, pero antes de acercarme a él decidí preparar algo, tomé las cosas que buscaba y al tenerlo todo listo me acerque, primero le acerque la leche caliente y luego su cupcake favorito, que era de limón, vi que lo vio de reojo, me senté frente a él.

—¿Está todo bien? —le pregunte, me dio una mirada y asintió, luego volvió a mirar por la ventana, yo suspiré —¿Seguro? — insistí, me volvió a mirar, esta vez se acomodo y quedó frente a mi, me miró con tristeza —¿Qué sucedió?

—Antes de que tu y mamá Juls fuesen novias, ¿que sentías cuando la veías con otra chica? —esa pregunta me descolocó un poco.

—Eh... Bueno...la verdad me molestaba y me dolía, pero en ese momento no entendía lo que me pasaba con ella, hasta que...— recordé el beso que nos dimos en la isla y sonreí —hasta que nos besamos.

—Y ahí entendiste que te gustaba —afirmó.

—Ahí entendí que la amaba —le confesé, el sonrió —Pero debo confesar que tenía miedo de mis sentimientos y de cobarde le dije que no podíamos estar juntas, por que ella y yo éramos muy distintas, que ella era una estrella y yo era una persona común y corriente, que lo nuestro no duraría por su vida de fama y otras cosas más.

—Y otras tonterías más —sonrió.

—Si. La verdad estaba completamente equivocada y al final somos una familia, una muy feliz —el seguía con su sonrisa — ¿A que se debe esa pregunta? —su sonrisa se iba borrando poco a poco.

—Creo...creo que me esta pasando lo mismo que te pasaba a ti con mamá —me confesó, yo lo miré sorprendida.

—¿Se trata de Evangeline? —le pregunte él me miró sorprendido —Estas semanas me has hablado mucho de ella y Aby también me habla mucho de Anthony —le dije —Se trata de ella, ¿verdad? —el asintió y yo sonreí.

—Hoy Aby salio un poco más tarde de su taller de música, yo salí primero del mío y me quedé esperándola en el patio de la escuela... —comenzó a contar — y fue cuando la vi, ella salía de la biblioteca ya que ayudaba a la bibliotecaria a ordenar, la observe, pero no lo hacía con mala intensión, solo me gusta mirarla mientras se colocaba sus audífonos y camino perdida en su música —sonreía mientras hablaba —Ella no va en mi salón, va en el de al lado, solo nos vemos en los recreo o almuerzo. Andrés que es mi compañero de clases esta interesado en ella y se acercó a ella para conversar, estos últimos días se ha juntado más con él que conmigo...digo, con nosotros—sonreí divertida —Pero hoy la vi más sonriente se veía feliz al lado de él y eso me molestaba, por que...por que me gusta que me mire así y sonría así solo a mi —verlo así me hacia recordar a Juls cuando me confesaba lo que sentía por mi —Pero lo peor fue ver como él se le acercó y la beso y ella no se alejo, sentí un dolor aquí dentro—se toco su pecho —Justo llego Aby y nos vinimos por que no quería seguir viendo — acaricie su rostro con suavidad — Creo...creo que gusta, mamá y...y mucho — hizo un puchero, hace años que no lo veía hacer eso, me dio mucha pena verlo así, me levante y lo abrace, él no se negó y me abrazo con mucha fuerza, hasta pude oír un pequeño sollozo.