3.

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Estaba acostado en mi cama viendo el techo. Era uno de esos días donde no podía cerrar mis ojos, ya que veía a Matt ahorcándome. O me imaginaba a Matt muerto.
Así que llamé a Bryan, eran las dos am.
-¿Hola?
-¿Puedes salir?
-Claro, ¿donde te veo?
-En el mirador Trepley.
-Te veo allí- me dijo y colgó, salí de mi casa y fui hasta el mirador, a esta hora era increíblemente hermoso.
La luna aún brillaba, y tenía un tono anaranjado, claro, el cielo seguía negro, pero las nubes al hacer contacto con la luna brillaban. Y las estrellas aumentaban su belleza.
Me senté en la tierra, viendo el cielo, escuché un ruido y giré mi cabeza.
No había nadie, tal vez algún animal.
-¿Bryan?- pregunté.
-Levántate, dame todo lo que andas y quédate quieto, un solo movimiento en falso y te disparo- dijo alguien, poniendo una pistola en mi costado. Me levanté.
El miedo corría por mi cuerpo, pero había aprendido algo.
Cuando tienes miedo, no debes demostrarlo, NUNCA.
Respiré.
Metí mis manos en los bolsillos, tomé mi iPhone, y luego mi reloj.
-Los tenis también- dijo la voz.
-¿Que demonios?- dijo una tercera voz. Vi en la dirección que venía. La pistola se separó de mi costado.
Ahora el ladrón apuntaba a Bryan.
-No hagas nada, Por favor- le supliqué.
-No se muevan, o dispararé- dijo el hombre. Su voz era algo joven.
-Solo... relajémonos.- dijo Bryan acercándose.
-¡QUE NO TE MUEVAS, MALDITA SEA!- dijo Tomándome de cuello y apuntando con la pistola a mi cabeza.
-Bryan, haz lo que dice- dije, manteniendo la calma.
Entonces todo pasó en poco tiempo.
En un instante el arma disparó.
Bryan calló al suelo, el ladrón huyo y yo me tiré al lado de Bryan.
-NOOO- gritaba llorando.
Marqué a emergencias, el ladrón no se había llevado mi iPhone.
-El mirador Trepley, apresúrense, le acaban de disparar a mi novio, apresúrense.

La ambulancia llegó, yo aparté mis manos manchadas de sangre de la herida de Bryan, intentando que este no se desangrase.
Los doctores lo llevaron y me dejaron ir en la ambulancia, una chica de unos 20 años me preguntó:
-¿Es tu hermano?
-Es mi novio- respondí.

Ya en el hospital se lo llevaron, esperé dos horas de sufrimiento. Y llegó la misma chica de la ambulancia.
-Está bien, se encuentra en la habitación numero 34, pero solo familiares son los que pueden entrar.
-Di que soy un hermano, por favor- dije.
Ella asintió sonriendo.
Corrí a la maldita habitación 34.
Entré, su madre estaba allí, la saludé llorando.
Y luego me dirigí a el. Lo besé.
Mi heroe, mi compañero, mi vida.
Mi compañero de vida.

Compañeros de vida.Where stories live. Discover now