Cap 9. "Ojalá se te acabe la sonrisa perfecta"

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El Southwest Chief era un tren largo con varios coches de primera y un reluciente quitanieves en la locomotora. Luz se enteró, sorprendida, de que su alojamiento de lujo se había convertido en un compartimiento de clase económica debido a un error que ya no podía subsanarse porque el tren estaba lleno. En los próximos tres mil kilómetros, no sólo tendría que usar la ducha pública, sino también el baño común. Eso jamás les hubiera ocurrido a Cary Grant y a Eva Marie Saint.

Se le acercó la camarera del coche cama, se llamaba Kiki. Tendría alrededor de treinta años y un físico muy 'llamativo'. Era educada y muy profesional, pero comparada con Skara y Roxa, Kiki no era tan 'libre'.

Luz decidió llamar a Boscha. No obtuvo respuesta, lo cual fue un alivio. Dejó un mensaje en el que decía que lamentaba lo de Matt y el malentendido sobre la gingivitis, y luego colgó.

Para distraerse de sus preocupaciones, se puso a pensar en los robos. Éstos ocurrieron en casi todos los compartimientos de primera, excepto uno: el de Edalyn Clawthrone. No se había presentado cuando la policía asentó sus denuncias, así que era factible que el ladrón la hubiera pasado por alto. Pero, ¿por qué? A no ser que Edalyn fuera la ladrona. Sería muy tonto, sin embargo, robarles a los demás y no a uno mismo. ¿O quizá no era algo tonto, sino más bien brillante? Porque la mayoría de las personas llegarían a la misma conclusión que ella. Además, había visto la bolsa de lona en la habitación de la mujer, llena hasta el tope...

Mientras pensaba en eso, el Chief partió de la estación. Miró su reloj; las 3:15, siempre puntual.

En ese momento llegó Gus con una cámara de vídeo.

-La señora Park me pidió que hiciera unas tomas del tren, de la gente y cosas por el estilo. Me dijo que podemos verlas después y que quizá de ellas logremos sacar algunas ideas para el argumento. Ah, Amity me pidió que te preguntara qué vas a ponerte para la boda.

-¿Te pidió que me preguntaras? Bueno, estupendo, dile que utilizaré mi traje Armani. Siempre lo uso para los casamientos que ocurren en los trenes. Ella lo sabe muy bien.

-Genial. Yo también voy a ponerme mi traje Armani -remató Gus, luego apagó la cámara y se fue.

El Chief corría traqueteando en dirección suroeste, luego hizo cuatro paradas rápidas en Illinios antes de cruzar el grandioso río Mississipi. Ahora estaban en Iowa. En ese estado sólo se detuvieron en el Fuerte Madison, al cual llegaron alrededor de las siete y media. Cuando se dirigían a Missouri, Luz fue al coche comedor, donde compartió la cena con Bump, Cat, Viney y Emira.

Luz miró a Cat:

-Parece que tú y Willow se llevan muy bien. Aunque ella da la impresión de ser una tipa que tiene muchas 'amigas'.

-Ay, querida, ya sé que es sólo temporal. Los trenes suelen reunir a personas muy diferentes entre sí, pero en cuanto acaba el viaje, también terminan la atracción. Y ya estoy bastante curtida como para que alguien pueda partirme el corazón, si a eso te refieres.

-Sí, y me alegra oírlo.

-Tengo que decirles –les confesó el cura a Viney y Emira- que nunca antes he participado de una boda en un tren y encima igualitaria. Debe ser la primera vez que algo así ocurre, sin duda.

-En realidad, no lo es –todos miraron hacia el otro lado del pasillo, donde cenaba Belos-. Ya hubo una boda así antes, no igualitaria, pero sí en un tren. En mil novecientos ochenta y siete en el Texas Eagle. Lo llamaban el Tren del Amor, porque su conductor se llamaba Zeb Amor. Tenía un corazón de oro y el talento de un maestro de ceremonias de primera categoría. Bueno, el cuatro de julio de mil novecientos ochenta y siete, en el Texas Eagle, se casó una pareja, y allí estaba Zeb Amor. Incluso la fiesta de la boda estaba en pleno apogeo cuando llegaron a Fort Worth.

LA HISTORIA DE UN CORAZÓN ENGAÑOSO -LUMITY ADAPTACIÓN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora