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6. Pesadilla (Junio)

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6. Pesadilla (Junio)

Contenido/Advertencias: mundo onírico, muerte, angst, violencia, pesadillas.

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Se removió adolorido soltando un quejido. Sintió cada extremidad de su cuerpo entumecida y un zumbido constante en sus oídos, cosa que lo mantuvo desorientado por unos segundos mientras trataba de recobrar la consciencia.

Supo que se encontraba sobre una superficie dura, áspera y fría que parecía no haber sido limpiada en décadas. Las pequeñas piedrecillas de suciedad se enterraban y rasguñaban su piel con el roce de cuando trataba de sentarse en el sitio dónde se hallaba tirado.

Una fuerte punzada atravesó su cabeza logrando que soltara otro quejido, involuntariamente llevó una de sus manos hasta a su frente dejando caer un par de granitos de tierra a través de su piel. Sintió su piel congelada, sin embargo no tenía frío. Al respirar pudo ver el vapor formarse con su respiración entrecortada y a la vez agitada.

No sabía donde se encontraba.

La habitación estaba oscura y casi todo lo que lo rodeaba era solo concreto, a excepción de una ventana cubierta por una cortina traslúcida y rasgada que dejaba entrar un poco de luz natural del exterior.

No comprendía qué estaba pasando y no tenía ninguna memoria de antes o de cómo es que pudo llegar allí.

A medida que pasaban los segundos, cada vez se iba haciendo más consciente de su entorno. Había una puerta entreabierta que dejaba ver un poco de un oscuro pasillo. Lo poco que iluminaba la habitación era la poca luz que entraba por la ventana, lo que le permitió adaptar su vista a la oscuridad y ver un poco. El sitio estaba vacío, sin ningún objeto más que un cuadro mal colgado en una de sus murallas.

Trató de colocarse de pie con gran dificultad ya que sentía su cuerpo pesado y aún algo entumecido, además de que el movimiento volvió a causarle un dolor agudo en la cabeza. No pudo evitar farfullar ante cada movimiento que realizaba, caminar al inicio fue algo difícil debido a que aún tenía las piernas entumecidas.

No lograba imaginarse como fue que llegó allí ni de dónde venía, menos que debía hacer ahora por lo cual una vez ya estuvo de pie, lo primero que hizo fue acercarse a la ventana de vidrio cerrada.

La luz de afuera provenía de la luna llena que se encontraba por sobre la superficie, cuya luz se refractaba a la hora de chocar contra el agua en la, que al parecer, aquel sitio se encontraba sumergido.

Pudo vislumbrar una medusa pasar con tranquilidad ante él. Shoto solo pudo observarle hasta que desapareció.

¿Dónde diablos se encontraba? ¿Cómo podía salir de allí?

Otra vez llevó una de sus manos a su cabeza debido a una punzada, trataba de indagar sus últimas memorias dentro de su mente, pero no encontró nada. Todo estaba en blanco.

Bufó frustrado.

¿Qué demonios haría ahora? Si se encontraba en un sitio sumergido, salir no sería nada fácil. Quizás la mejor opción sería investigar a su alrededor e ir avanzando de a poco en busca de pistas que le indicaran donde se encontraba o por qué estaba allí.

Comenzó a caminar tambaleándose un poco, pero tratando de ser sigiloso, no quería meter mucho más ruido ya que no sabía si podía haber alguien más al acecho.

Se detuvo antes de llegar a la puerta de la habitación y posó sus ojos en el cuadro mal colgado que estaba junto a la salida. Con la poca luz que había pudo distinguir poco, pero parecía una foto familiar con unos cuantos años encima, pudo contar la silueta de siete personas en la escena y la forma más imponente de la imagen le puso la piel de gallina... Era su padre, Todoroki Enji y junto a él estaba el resto de su familia. Su madre y sus hermanos, antes no podía recordar nada, pero curiosamente al ver la imagen pudo reconocerlos a casi todos... menos a dos, él tampoco se podía ver a sí mismo allí.