4: La Bolera

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Hicimos caso a Lucía. Nos dirigimos a un lugar donde había mapas e información sobre la ciudad y alrededores y fuimos a dar una vuelta y a visitar varios lugares no muy conocidos pero interesantes. Fuimos a un bar donde había un montón de grafitis súper chulos. Nos tomamos algo y volvimos al centro para ir a comprarnos gorras de diferentes colores de LA. Sobre las 2 volvimos al hotel y entramos directente al Buffet para comer.
-yo necesito unos buenos macarrones con queso-dice Inés, a la que le rugian las tripas como a un oso, se dirigió al sitio donde lo cocinaban y lo pidió. - lástima que no sean como los de mi abuela-digo cuando ya estábamos sentadas en la mesa.
Terminamos de comer
-  tres menos diez-digo mirando el reloj-será mejor que vallamos subiendo-nos levantamos de la mesa y subimos al ascensor, desde allí vimos como lucia entraba en el hotel, atrás de ella estaba un señor vestido de negro y muy fuerte.

Llegamos a la habitación 3205 donde dormían lucia y nahiara.  Elegimos una película y nos pusimos a verla.
-eh, esta se ha quedado sopa-susurra Sara señalando a Inés, a la cual le gustaba mucho dormir la siesta.
- bueno, tu déjala-le digo a Sara dándole un codazo.
Se abre la puerta y aparece lucia tras ella. Lo sorprendente fue ver tras ella a el mismo hombre que entró con ella. Lucía hizo una mirada de sorprendida y y luego fue bajando poco a poco la cabeza, como asimilando algo. Sin embargo, el hombre hizo todo lo contrario y nos dirigió una sonrisa de victoria.
- ya puedes irte Michael, you can go now-traduce Lucia dirigiéndole una mano hacia la puerta abierta.
El hombre nos dirige una última llamada y se va.
- la hemos cagado- anuncia lucia.
- ¿por? -pregunto Daniela

- ¿qué pasa?- pregunto perezosamente Inés que se acababa de despertar y no comprendía nada.

- haber, es que no os conte algo. Cuando mi madre se entero de todo y descubrio que me había ido ella quiso separarse de mi padre, porque... bueno- dijo con un tono más triste- pues mi padre maltrataba a mi madre, al final se separaron después de un largo año y mi madre ahora vive cerca de aquí, en un piso muy chulo. A mi padre no le importo que se separasen, pero tiempo después, cuando mi madre conoció al que ahora es su marido, y mi padre le empezo a coger mucho odio, y ahora nos quiere hacer mucho daño a las dos, le da igual como sea. hoy no a ocurrido nada en especifico porque mi padre ni a asistido personalmente. pero a mandado a vigilarme a michael, su mayordomo, y le a ordenado que si ve algo extraño se lo comunique inmediatamente, y os ha visto a vosotras, por lo tanto, creo que estais un poco en peligro.- explico frunciendo el labio.

- lo que me faltaba ya! - exclamó Jimena.
-bueno, vamos a dejar el tema, estamos vivas no?. He oído que hay una bolera cerca, podemos ir y pasar la tarde- propone Sara
-por mi bien-dice Inés
Todas aceptamos ir. Nos duchamos y nis vestimos y salimos del hotel rumbo a aquella bolera. Sara era la GPS, nos decía cada dos por tres por donde teníamos que ir. Mientras, nosotras charlabamos animadamente.  Cuando llegamos a una calle muy colorida vimos un cartel que ponía "bowling center" en luces led rosas. Entramos y era una bolera a la que sólo se le podía describir como "guay". Estaba toda rodeada de luces Led, moradas en esa ocasión. Había mesas redondas con sofás también redondos y algunos con sillones. Después estaba la barra con un montón de bebidas alcohólicas y no alcohólicas, refrescos, Zumos, batidos... Después estaba la zona de la bolera en si, estaba cubierta con papel de pared de ciudades grandes súper chulo, las pistas y de donde salían los bolos para jugar, y luego había una pared llena de bolos de colores de decoración, al final de las pistas había un largo sofá pegado a una de las paredes, para descansar cuando no te tocaba tirar.

Supusimos que las pistas se reservaban en la barra del bar, así que fuimos allí.
De allí salió una cabeza rojiza de pelo ondulado con gafas y ojos verdes azulados muy bonitos. Llevaba puesto un delantal negro con rallas delgadas blancas. Nos miró a todas sonriendo.
- hola! Supongo que querréis jugar a los bolos no?- saludo
- si, aquí es donde se reservan las pistas? - pregunta jimena.
- si, es aquí-afirma la chica- me llamó Emily por si necesitáis algo-añade.
Reservamos las pistas y nos da unos zapatos para no resbalar. Las pantallas de la pista pegada a la pared de los bolos se encienden y ponen el orden de nuestros nombres.

Empezamos a jugar. Llebabamos un buen rato jugando, ganando yo, que se me daban bien los bolos. Hablábamos entretenidamente sobre cosas que podríamos hacer en la ciudad. Cuando se acabó la partida decidimos sentarnos en los sofas redondos y pedir algunos batidos.

Se abrió la puerta y el grupo de la habitación de al lado entró con otras tres chicas. Una era morena con ojos azules y pelo rizado, otra era rubia con ojos verdes, delgada y con aire de superioridad, y la otra era peli negra con el pelo liso y ojos marrones. Cuando pasaron todos y se fueron a la barra varios nos miraron pero no dijeron nada. Empezaron a jugar, chuleandose y mirándonos, las chicas nos miraban recelosas. Tiempo después descubrimos que una era la novia de ese que me parecía guapo la noche anterior, ya que le dio un besazo. Decidimos irnos tiempo después.

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Hola, hola, hola, hola Qué tal vuestras vacaciones?. Las mías están siendo muy guays. Esta semana me voy de vacaciones y nose si subiré. Pero si escribiré, os lo prometo. Os ha gustado este capítulo? Espero que si. Y hasta la semana que viene.

Adiós!

Irene. R

El piso 32Where stories live. Discover now