Capítulo 31: Las Lexies

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Estaba dolida. Pero más que todo, enfadada. Después de salir a hurtadillas de la biblioteca de Zacarías, con la cabeza gacha y escondida por la chaqueta, tuve que dirigirme sola a mi habitación, porque Vin tenía que regresar con los otros guardianes antes de que comenzaran a sospechar su ausencia. Él aseguró que me ayudaría con el asunto de Sademira, pero también avisó que en esos momentos estaba muy atareado con otros asuntos.

            Tillin tampoco ayudó de mucho, pero realmente no espero mucho de él. Lo único que hizo bien fue tender correctamente mi cama, y aun así quedó algo dispareja la sábana de base.

            Por lo que pensé que lo mejor que podía hacer era ir con el único que me estaba ayudando en serio, en su manera retorcida de hacerlo. Por eso ahora espero fuera de la celda de Carter, a que termine de darse un baño en las bóvedas y vuelva.

            Luego de diez minutos más de incertidumbre, llega Carter con el cabello mojado y la misma ropa andrajosa de hace unos días, pero al menos ya no está tan asqueroso como ayer.

            El guardia encierra a Carter de nuevo en su celda y regresa a la entrada de las mazmorras, donde debe estar. Carter se sienta en el suelo, al otro lado de la celda.

            —Qué tal.

            —Estás muy tranquilo como para ser un prisionero con días contados —replico. Carter se encoge de hombros con indiferencia—. Creí que no te dejarían bañarte.

            —No iban a hacerlo, pero al final se dieron cuenta de que olía tan mal que habría que sacrificarse por un jabón.

            —Ni que hubieran pasado meses para tanto olor.

            —Quizá influyó que me haya meado en los pantalones la primera noche.

            —Asqueroso. —Frunzo la nariz con desagrado.

            Carter se saca la mugre de las uñas distraído, mientras gotas de agua mojan su camiseta llena de tierra.

            —Así que no encontraste nada, ¿eh?

            Parpadeo, recordando.

            —Oh, cierto. —De la mochila rota que llevo cojo el libro de Los Siete Mares de Sangre y lo paso por la celda hasta Carter. El chico lo toma y lee el título con interés.

            —Los Siete Mares de Sangre… ¿Qué es esto?

            —No estoy segura, pero creo que nos podría ayudar.

            Carter abre el libro y pasa las páginas rápidamente.

            —Tal vez. Déjamelo aquí, te aviso cuando encuentre algo.

            Como ya no tengo nada más que decir—no puedo decirle acerca de mi madre tengo demasiada vergüenza como para hacerlo— , me despido de Carter y salgo de las mazmorras. El guardia solo me dedica una mirada de soslayo al pasar. Estoy dirigiéndome a mi cuarto por el camino principal cuando choco con alguien.

            El muchacho suelta una queja.

            —¡Joder! —El tipo se da la vuelta para mirarme. Es Jan—. Oh, Cassie, que bueno que te encuentro. Estaba buscándote en tu habitación pero…

            —Fui por algo, ¿Qué quieres? —No puedo evitar hablar de forma brusca. No puedo olvidar que él fue el que me dijo de la traición de mamá, y de una forma nada serena.

Princesa de las Tinieblas (Herederos del Infierno #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora