Anhelos en la oscuridad

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Disclaimer: Ni Evangelion ni sus personajes me pertenecen.

Anhelos en la oscuridad

Aún despierto, incapaz de conciliar el sueño a pesar de sentirse muy cansado, Shinji, rodando en su cama, se dio la vuelta sobre sí mismo enterrando el rostro en la suavidad de su almohada. Luego de una larga y agotadora semana de entrenamiento junto a Asuka, habiéndose derrotado al séptimo ángel, tanto ella como él, al fin pudieron retomar sus vidas individuales regresando a una relativa normalidad.

Ya no era necesario que caminaran, comieran, hablaran o que hicieran cualquier otra cosa al unísono, finalmente tenían permitido regresar a su propia ruta. Aquello debía ser una gran noticia, al menos para Asuka así lo fue al decir que se había acabado esa tediosa pesadilla; sin embargo, guardando silencio como le era usual, para Shinji volver a su vieja rutina significaba herirse una vez más con la fría soledad.

A pesar de haber pasado toda su niñez alejándose de los demás por miedo a ser traicionado y lastimado, al verse obligado a convivir con Asuka, Shinji, sin tenerlo planeado, pudo sentir aquel calor único e inigualable que solamente la cercanía de otra persona podía transmitir. Shinji, asustado por aquella sensación e inseguro de sí mismo, se quedó callado saboreando en secreto de aquella calidez.

Como si hubiese estado atrapado en una tormenta de nieve durante siglos, para Shinji, la compañía de Asuka fue como acercar las manos a una fogata, sintiendo, por primera vez en muchísimo tiempo, como las llamas le devolvían el vigor y el deseo de vivir a sus gélidos huesos. Tal vez su carácter era demasiado molesto en ocasiones; no obstante, estar con ella, resultó ser mucho mejor de lo que imaginó.

Todavía tenía fresco el recuerdo de su primer encuentro; todavía recordaba con claridad la expresión confiada y presumida que se dibujó en su rostro cuando se conocieron en medio del océano. Jamás hubiese imaginado que debajo de tal semblante se hallaría una chica que lloraba por las noches, tal hallazgo jamás lo diría, al sospechar que Asuka, muy posiblemente, lo mataría si dijese algo al respecto.

Haber descubierto aquella debilidad le demostró también que no eran tan diferentes, y si bien Asuka se esforzaba en ocultarlo, Shinji presentía que aún le faltaba mucho más por descubrir de ella. Así pues, volviendo a girarse por millonésima vez, posó su mirada en el techo de su habitación la cual era escasamente iluminada por la luz de la luna. Y afuera, con lentitud, la lluvia hizo acto de presencia.

– Creo que no podré dormir esta noche...

En otras circunstancias, tal y como acostumbraba hacerlo, Shinji hubiese buscado su reproductor de cintas para escuchar las mismas canciones, una y otra vez, hasta que cayera dormido; empero, encontrando más relajante y agradable el sonido de las gotas de agua golpeando el techo, Shinji prefirió quedarse quieto escuchando aquel murmullo que se extendía por todo el departamento de Misato.

Al seguir dándole una mirada a su nuevo y estrecho recinto, Shinji, escuchando como la tormenta iba ganando más fuerza, se sorprendió a él mismo de lo rápido que pudo adaptarse a ese sitio tan pequeño sin que se quejara. Ese era un resumen muy veraz de su personalidad, nunca había expresado lo que realmente pensaba o quería, siempre se obligó a él mismo a aceptar los hechos aunque no le gustasen.

Asuka, demostrando carecer de los modales típicos de un japonés, no le importó adueñarse de su diminuto rincón del mundo echando sus cosas afuera. Y para ser alguien que fue educado por un tutor muy conservador en cuanto a las normas sociales, Shinji, viviendo un verdadero choque cultural con Asuka, no vaticinó, en ese instante, que terminaría tomándole gusto a la irreverencia de la pelirroja.

Anhelos en la oscuridadWhere stories live. Discover now