Magi: The Labyrinth of Magic

Capítulo 20

Ya había pasado casi un año desde la vez en que Alibaba, Morgiana y Aladdin se fueron y los soldados del imperio Kou encontraron a los tres del clan Tsuki.
Yuna miraba el horizonte desde un caballo, su apariencia y actitud ya no eran las mismas, su cabellera, ahora en una trenza y un mechón celeste a su lado izquierdo, era más larga llegando casi a sus rodillas, había crecido, estaba vestida de morado y negro con accesorios celestes junto con su armadura.
Durante ese año, el príncipe Hakuryuu le pidió apoyo para derrotar a su madre, Gyoken Ren.

Yuna: -golpea la puerta-
Hakuryuu: pase...
Yuna: -pasa y lo saluda- vine tan rápido como pude en cuanto solicitó mi presencia, príncipe Hakuryuu...¿Qué necesita?

El chico volteó a mirarla serio, se acercó hasta ella, incitándola a volver a su posición inicial sin cambiar su expresión neutral pero amable.

Hakuryuu: ¿no vino nadie más que usted, comandante Asahara?
Yuna: no, vine sola y en el camino no vi ninguna alma.
Hakuryuu: bien...le quería pedir su apoyo en un plan que tengo...-firme-
Yuna: por preguntar, ¿puedo saber de qué trata?
Hakuryuu: derrotar a Gyoken Ren -serio-

Esa respuesta sorprendió a la pelimorada pero a la vez no, pues no era secreto, al menos para ella y algunas personas, que él quería vengarse por lo que había hecho con su familia.

Hakuryuu: ¿Y bien?¿Qué dice?
Yuna: -se inclina- es un honor que me tome como consideración, príncipe Hakuryuu...sin embargo, ¿cómo planea derrotarla? Por más duro que sea, ella es bastante fuerte...
Hakuryuu: ahí es donde entras tú, comandante Asahara...
Yuna: -lo mira- quiere que aumente su magoi...-susurra-...príncipe Hakuryuu,  por más que me pida eso, aún estoy entrenando para que al pasar el magoi, no lastime al receptor, me odiaría si lo lastimara por un error fatal mío...
Hakuryuu: ¿Eso es un no?
Yuna: no creo ser de utilidad en estos momentos...pero apoyo su plan... Hakuryuu: ¿No revelaras nuestras intenciones hacia Gyoken?
Yuna: yo trabajo para los príncipes y princesas del imperio Kou, no para ella...

Fue allí donde la chica recordó sobre la organización Al-Thamen, quienes buscaban sumir a todo el mundo en la oscuridad.

Yuna: principe Hakuryuu, supongo que ya sabe la verdad de aquella organización que controla el rukh oscuro...
Hakuryuu: así es, tanto Alibaba, Morgiana y Aladdin como yo sabemos de esa organización...-voltea y va hacia la ventana- vimos como absorbían el rukh oscuro a base de los malos sentimientos o pensamientos de las personas...
Yuna: -funce levemente el ceño- y Judal está detrás de eso...-murmura- si no necesita más de mi presencia, me retiro para que pueda descansar...
Hakuryuu: de acuerdo, espero que cumpla con lo de no delatarnos, descanse comandante Asahara...o debería decir...-gira la cabeza- princesa Tsuki Yuna...
Yuna: -sorprendida- n-no hace falta eso...no lo soy...
Hakuryuu: ¿Aún nada?
Yuna: aunque lo hiciera, eso no cambiará el hecho de que mi clan ya está esparcida por todos lados...
Hakuryuu: pero sigues siendo una princesa...
Yuna: por el momento, prefiero ser comandante, descanse...-se retira-

Ella miró una parte de su brazo izquierdo, donde había una cicatriz que se había hecho en esa ocasión en que Gyokuen y el príncipe Hakuryuu combatieron.
Cuando el chico se estaba agotando, la chica, quien estaba observando desde lejos, le dio un poco de magoi de forma discreta, estabilizando al chico, quien sintió como si volviera su fuerza y aliento, de reojo vio a la menor irse del lugar como si nada hubiera pasado.
Y cuando creía que el alejarse la mantendría segura de no involucrarme en algún combate, rukh oscuro la rodeó de repente, lo cual le alertó, pues no era normal aquel suceso, y menos de que, de repente,  un arma que estaba entre el rukh le hirió el brazo, provocando que de un respingo; pues esa arma quemaba a horrores.
Para que no pasase de nuevo, decidio alejarla con un golpe de su rukh rojo, haciendo de qué la mayoría de estas se convirtieran en rukh del mismo color, y mientras estaba creando una barrera para que no la molestaran más, de lejos vio una silueta que vestía de un turbante blanco y una especie de túnica negra, rápidamente supo de quién se trataba, era parte de Al-Thamen.
Tan rápido como lo vio, desapareció en un parpadeo junto a los rukh oscuros, cuando confirmó que ya no había ninguna amenaza, deshizo la barrera para luego ir a curar su herida, eso había sido una advertencia y lo sabía bien, pero eso no era suficiente como para que ella tuviera en mente terminar con ese grupo de magos oscuros que quieren un caos en el mundo.

Ella volteó a ver a los soldados que estaban tras suyo para luego hacer avanzar a su compañero de combate rumbo a Magnostadt, pues el imperio Kou se enteró de la guerra que habría en el lugar.

Soldado: ¡SEÑOR! -apunta al cielo- ¡SON DJINN!

A lo lejos, se divisaban seres o mejor dicho djinn oscuros, el primero en reaccionar fue el príncipe Kouha, quien se armó con su equipo e intentar detener a los atacantes.
La fémina bajó corriendo hasta estar casi detrás del príncipe para poder ayudarlo a enfrentar a las amenazas y a proteger que todos tanto al él como a los soldados.

Yuna: -levanta su mano- ¡MAGOI NO ZŌKA!

Un aura de ámbar la rodeó para luego desprenderse como ondas de rukh al chico, dándole mas fuerza y resistencia.

Kouha: ¡PROTEGE A LOS SOLDADOS!

Ella asintió para luego crear en su mano izquierda un aura celeste y golpear con su mano abierta el suelo.

Yuna: ¡BARIA!

Se extendió por todo el suelo de donde todos estaban para luego crearse una barrera celeste transparente.

Kouha: no creo poder con todos ellos...

Cuando la pelimorada estaba por entrar en acción, el mismo la detuvo.

Kouha: ¡NO DEBES DESPERDICIAR TU RUKH!

Y antes de que ella cambiase de opinión, una llamarada de fuego derrotó a los djinn oscuros, una llamarada muy conocida por la chica; más la cabellera rubia junto a una peliceleste que le sorprendió volver a ver después de un año.
Eran Alibaba y Aladdin.