Olor.

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Desde hace unos días había comenzado a sentir asco cada vez que él le besaba o se acercaba, trataba de disimular pero era obvio que él mayor empezaba a darse cuenta de sus expresiones no por nada las conocía todas desde las más vergonzosas a sus muecas que demostraban su enojo cuando no cumplía con sus fechas de entrega y Akiwa llamaba a su pareja para que este le reclamará y lo enviase a escribir por lo que no fue difícil notar esas muestras de asco que daba el menor eso lo deprimió en un comienzo pensó que podría ser que su Misaki lo había dejado de amar, eso lo deprime de la peor manera al punto de quedarse estancado en su escritura lo que derivó a que comenzará a fumar como desde un comienzo cuando se conocieron lo que derivó a hora no es solo que Misaki mostrase cara de asco si no que se la pasará horas en el baño vomitando, Akihiko al darse cuenta se preocupo más, trató de acercarse pero Misaki vómito aún más estaba deprimido para que mentirle, por lo que aún con su pequeño Uke demostrando fastidio por el lo cargo y lo baño, un baño donde Misaki-kun no mostró tenerle asco y repulsión a cada beso o caricia de hecho se mostraba más interesado en el acto, a la hora de la penetracion se sorprendió su ereción había entrado sin ningún problema de lo lubricado que el pequeño se encontraba, los gemidos no se hicieron esperar en el cuarto del baño donde el pequeño se vino incontables veces y Usagi-San lo había llenado de su esencia, luego de innumerables momentos de entrega salieron de la tina, al levantarse a Misaki le dió un mareo que preocupo Usagi-San y lo cargo en brazos, lo recostó a la cama mientras lo secaba con amor y lo vestía él menor se encontraba sonrojado pero extasiado con las atenciones de su pareja, luego de estar cambiados se subieron al auto, al llegar al hospital definitivamente no se esperaban escuchar lo que les informaban Misaki se desmayo y Usagi-San no podría estar más feliz, todo con lo que un día soñó se está cumpliendo prometía cuidar a su verdadero amor.

Encontré una nueva adicción más fuerte que fumarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora