33. Breath

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🐹


¿Cómo puede un chico de más de metro ochenta y tantos verse tan pequeño? Es lo primero que viene a su mente en cuanto entra a una habitación apenas iluminada por la luz del televisor y ve a su ocupante recostado en la cama, envuelto entre unas enormes cobijas.

Sin duda es parte de lo que imaginó ver de camino a la casa del menor, pero no por eso se siente menos preocupado. Ya no hay manera de seguir pensando que quizás lo estaba confundiendo con otro rico heredero, mucho menos cuando la señora que cuida la casa le dijo que por poco no le abre la puerta porque pensaba que algún periodista había encontrado la residencia del señor y estaba demasiado asustada, afortunadamente al ver la cámara de vigilancia, se sintió aliviada al saber que era solo uno de sus amigos.

Luego de que la señora Park lo dejara pasar, comenzó a contarle un poco de lo ocurrido durante esos días y a pedirle que convenciera al señorito de comer algo porque hasta el momento no había comido sino algunos sorbos de sopa. Kihyun le dijo a la mujer que no se preocupara y que él se encargaría de todo. Con esta promesa, había ido directo a la habitación del heredero, solo para encontrarselo hecho un ovillo sobre su cama, con el pelo negro revuelto y los brazos enredados en sus cobijas.

El mayor no tiene idea de cómo empezar la conversación, probablemente no sea pertinente ser directo y contarle que ya sabe todo lo que está pasando, así que solo suspira cansadamente y se sienta en el borde de la cama del contrario. Mirándolo de cerca, puede notar su palidez y cuando toca su mejilla con el dorso de los dedos se sorprende al sentirla fría. Con mucho esfuerzo logra desenredarle las cobijas de los brazos para ponerlas apropiadamente sobre su cuerpo y aunque el pelinegro sigue sin siquiera abrir los ojos, se acomoda hundiendo el rostro en la cobija como si la hallara reconfortante.

— Hyungwon-ah... —lo llama por su nombre mientras aparta mechones largos de cabello que le tapan el rostro. El bello durmiente reacciona moviéndose inconscientemente hacia el cuerpo más cálido de Kihyun.

— Mm —Kihyun sonríe algo aliviado cuando el pelinegro le dirige una mirada cansada.

— ¿Puedo recostarme? —Hyungwon no responde, aunque su ceño fruncido deja ver su estado de confusión. Kihyun se quita la chaqueta, afloja su corbata y deja ambas cosas sobre la mesa de noche.

El chico más alto, con una posición que lo hace ver de casi de la mitad de su tamaño real, aún no pronuncia palabra alguna, pero ya se ha movido hacia un lado, dejando un espacio para su superior. Kihyun se acuesta de medio lado, flexionando su brazo derecho y apoyando su cabeza sobre la palma de su mano para observar a Hyungwon, quien ha vuelto a cerrar los ojos.

— ¿Cómo estás? —pregunta con la intención de empezar la conversación más que para obtener una respuesta sincera.

— ¿Minhyuk te envió? —pregunta con un tono entre cansado y molesto.

— Ya pensaba venir a verte, sé que no puedes cuidarte solo y probablemente necesitarías de mi, además, incluso si llamé a Minhyuk, no quiso darme mucha información.

— Porque no pasa nada, solo me siento enfermo, mañana volveré al trabajo, ¿está bien? —el pelinegro habla con calma esta vez, pero Kihyun no va a dejar que le siga ocultando cosas. Durante mucho tiempo decidió no meterse en los asuntos familiares del menor, pero se supone que su relación es lo suficientemente cercana como para entrometerse un poco, sobre todo si es algo preocupante como lo que pasa ahora.

— No mientas, Hyungwon. Mira, no quiero presionarte, pero esperaba que pudieras contar conmigo. Dijiste que querías cambiar, ¿recuerdas? así que no me niegues lo que te está pasando, sabes que las cosas no terminan bien cuando no eres claro conmigo. Lo único que te pido es que confíes en mí, no tengo problema si no quieres contarme, pero no me puedes dejar a un lado cada vez que pase algo en tu vida.

"Tú" en mi mente [HyungKi/KiHyungwon]Where stories live. Discover now