Capítulo 9

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Noah miraba la puerta fijamente como si pudiera ver a través de ella.
Su pie derecho golpeaba con impaciencia el suelo, sostenía con fuerza la taza de café en su mano como si quisiera romperla.

Estaba cansado y tenía sueño, había trabajado toda la noche y Azazel lo había llamado porque Stiles estaba mal y iban camino al hospital.

No le importó el papeleo que le dejó a Parrish, salió corriendo de inmediato al hospital a ver a su hijo.

Azazel estaba sentado cerca del Sheriff mirando al techo con una mirada vacía.

Azazyel estaba recostado a la pared cruzado de brazos mirando algún punto en la pared blanca del frío hospital.

Los tres estaban en silencio perdidos en sus pensamientos.
Noah miró de reojo a los dos ángeles caídos, la verdad fue que se sorprendió mucho al saber que criaturas como ellos estaban con su hijo.

Al principio les tenía algo de miedo, pero al ver la interacción de ellos y su hijo, se dió cuenta que a pesar que eran demonios no querian lastimarlo.

Mas miedo le daban los hombres lobos como Peter o Derek, pero jamás lo diría en voz alta.

-¿Familiares del joven Stilinski?- preguntó la voz amable de la doctora saliendo por la puerta por la que antes se habían llevado a Stiles.

-Si, soy yo- dijo el Sheriff poniendose de pie de un salto.

Los otros dos hombres miraron de inmediato a la doctora. Parecía una niña, pensaron los tres al verla.
Era bajita que a penas les rozaba el hombro, tenía la piel pálida y llena de lunares justo como Stiles, su cabello era negro azulado rizado y lo llevaba atado en una larga trenza.

Tenía una sonrisa dulce y gentil en su rostro angelical, y su uniforme blanco la hacía parecer un ángel.

A Azazel y Azazyel se les hizo curiosamente conocida pero en ese momento no recordaban de donde exactamente.

-Mucho gusto en conocerlo, señor Stiliski, soy la doctora Madeline Lynx, soy la que está a cargo de su hijo- se presentó la pequeña y dulce muchacha tendiendole una mano al Sheriff.

-Un placer- saludó cordialmente Noah estrechandole la mano- ¿Cómo está mi hijo?- preguntó preocupado.

La sonrisa de la chica vaciló por unos segundos, miró de reojo a los dos chicos demonios quienes la miraban atentamente. Los ojos miel de la doctora miraron fijamente a ambos demonios antes de volver a ver al Sheriff.

-Vengan conmigo- le dijo con amabilidad guiandolos hacia donde tenían a Stiles.

-¿Él está bien?- preguntó Noah con la voz temblorosa siguiendo a la doctora por los blancos pasillos.

Ella se quedó en silencio, como si meditara la respuesta.

-No puedo asegurarlo del todo- suspiró con resignación como si no quisiera decirle nada.

Al Sheriff se le atrancó la respiración por unos segundos.

Presentía que pasaba algo muy malo.

-¿Q-Qué le pasa a mi hijo?- preguntó con temor.

Ella se detuvo frente a una habitación, abrió la puerta y pudieron ver la pálida figura de Stiles recostado en una camilla durmiendo como si estuviera en un tranquilo sueño.

-Stiles tiene cáncer, señor Stilinski- soltó la doctora de un solo golpe con una voz serena y profesional mirandolo fijamente para demostrarle que no mentía.

Noah se quedó en shock en ese momento.

Negó fervientemente con la cabeza repitiendo incansablemente "No, no, no, esto no puede ser, tiene que haber un error. No, no...mi Stiles, no..."

El Sheriff estaba empezando a hiperventilar, tenía un nudo en la garganta y su corazón le pesaba.
Miró a su pequeño retoño durmiendo tranquilamente frente a sus ojos como si nada pasara.

No, no, esto no podía ser.

Tenía que ser una pesadilla.

Stiles no podía tener cáncer.

Su pequeño no...

Lo único que pudo hacer en ese momento fue acercarse a la cama de su hijo, tomarle una mano y llorar desconsoladamente sobre él.

Azazel frunció el ceño mirando a otro lado. Azazyel cerró los ojos y bajó la mirada apretando los puños.
Aún ellos que eran demonios tenían sentimientos. Y ver enfermo a ese chico que le habían tomado tanto cariño era doloroso.

La doctora Madeline miró con tristeza la escena frente a sus ojos, ella estaba acostumbrada a este tipo de situaciones dado su trabajo, pero eso no significaba que no doliera ver sus reacciones.

Se quedaron en silencio viendo a un padre llorar por la vida de su hijo. Un padre que llora porque no sabe si su único hijo y su única ancla a este mundo va a sobrevivir.

Ya había perdido a su esposa. No quería perder a su único hijo...

Stiles abrió los ojos en ese momento. Parpadeó un par de veces para acostumbrarse a la luz florecente del hospital.
Miró de inmediato a su padre a su lado. El hombre lloraba desconsoladamente mientras le sostenía su mano.

¿Qué estaba pasando?
¿Por qué estaba en el hospital? Se preguntaba Stiles confuso
¿Por qué su padre estaba llorando de esa manera?
Solo lo había visto llorar una vez y fue cuando murió su madre.

Lo último que recordaba era haber vomitado sangre y haberse desmayado en los brazos de Azazyel.

¿Se estaba muriendo?

Sin saber que hacer, le acarició los cabellos a su padre.
Noah alzó la mirada para ver a su hijo quien le sonreía dulcemente.

-Lo siento, Stiles, lo siento, lo siento- lloraba el hombre abrazando a su pequeño hijo como si fuera la ultima vez que lo vería.

Stiles estaba cada vez mas confundido, pero solo se dejó hacer y abrazó a su padre.
Alzó la mirada y se encontró a Azazel junto a Azazyel en la puerta, ambos miraban al piso o a otro lado con expresiones vacías...significaba que algo estaba pasando.

Vió a otra persona en la habitación. Al verla y reconocerla, toda su sangre se fue de la cara.

Era la adorable doctora Madeline Lynx, una de las amigas de Melissa.

La Oncóloga del hospital.

Y entonces la realidad le cayó como un balde de agua fría.

Tenía cáncer.

Shockeado y sin mas que hacer se abrazó de su padre y lloró en silencio...
¿Este sería su fin?
No sería acabado por un hombre lobo o muriendo en algún acto valiente digno de memorar.

¿Después de todo lo que vivió en el mundo sobrenatural, su fin sería por una estúpida enfermedad humana?

¿Tendría que dejar a su padre solo?

¿Tenía siquiera posibilidades de sobrevivir?
....

-Estará bien- susurró Madeline solo para que los dos ángeles caídos la oyeran- Azrael está tratando de traer a Rafael- les dijo con una pequeña sonrisa.

Ambos la miraron...recordando en ese momento donde la habían visto antes.

Era la chica que le había robado la atención a Azrael. Ella era la esposa del Arcángel de la Muerte.

-Aún hay esperanzas para él- les aseguró ella con una dulce sonrisa.

¡¡Él es mío!! {En Correción}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora