Suspiros

Erik L. x Charles X.

— Gracias por venir Erik — Charles tragó duro, no sabía como su voz lograba salir sin temblar, porque dentro de él sentía que estaba desfalleciendo.

— Charles, cariño — él sabía que las cosas no estaban bien, tenía miedo, sentía que su amado Charlie se comportaba distante, distinto a siempre, pero estaba seguro que él no había hecho nada raro para provocar ese cambio de actitud.

Ambos hombres se sentaron, pidieron un té y un café como siempre acostumbraban, pero esta vez no hubo ni galletas o algún pastelito, era como si quisieran salir de ahí lo antes posible, pero pese a eso, sus bebidas se hicieron eternas, ninguno quería dar el último sorbo. Sin saberlo, ya sabían porque estaban ahí.

— Erik ya no puedo más — soltó un suspiro — quiero terminar contigo.

— ¿Por qué? — Él más alto trago duro, intentando asimilar todo lo que estaba ocurriendo.

— Porque te amo, pero no me siento amado — Charles sintió como en sus ojos comenzaban a sentirse las lágrimas — lo intentamos Erik, lo intentamos. Pero no funcionó, busco cosas que tu no me supiste dar, necesitaba sentirme amado y deseado, y me estoy haciendo daño.

— Charles, yo te amo —soltó Erik más que seguro — te lo he dicho.

— No Erik, no me lo dices — hizo una leve sonrisa —sólo me dices te quiero, y sólo es cuando hay sexo de por medio. Pero nunca me dices te amo, nunca me lo demuestras, llevo años convenciéndome que sólo eres así, que tu forma de demostrar amor es silenciosa, muy distinta a la mía. Pero yo necesito más, me duele tanta inseguridad, ya no puedo Erik, te juro que lo intenté, que intenté comprenderte — para ese momento Charles ya estaba llorando.

— Te entiendo Charles, si esta es tu decisión estoy de acuerdo — Erik ni siquiera cambió el semblante y con una mirada totalmente fría tomó un sorbo a su café. Y a Charles, ese gesto lo convenció de que estaba haciendo lo correcto. A veces, hay que elegirse primero, cuidarse y respetarse.

— Gracias por todo, que seas feliz — Charles le dio un beso en la mejilla, el gesto ni siquiera fue devuelto.

Sintió como su corazón se rompía en ese momento, pero él era fuerte y con todo el amor que el mismo se iba a dar, lograría salir adelante, estaría en pie una vez más, aunque por dentro tuviera un corazón lleno de heridas.