18

630 83 61
                                    

—Hola, Baloo. Llegas relativamente temprano. —miro el reloj en la pared mientras me llevo la taza a los labios.

—Hola, Mowglito.

Ruggero deja sus cosas sobre el sillón más pequeño, se acerca dejando un beso en mis labios y sonrío.

Se inclina a mirar a Eithan dormir sobre el sillón y su sonrisa se agranda.

Sí, Eithan tiene un especial encanto y sinceramente, enamoraría a cualquiera que le ve. Incluso Valentina que odia la idea de ser madre ama venir a verle y decir que definitivamente quiere uno.

Y es que mi hijo es precioso, y aparte de eso, es tan sereno que me siento estafada al no estar viviendo las diferentes etapas de estrés que me dijeron que viviría.

Yo solo sé que mi hijo me despierta como alarma a las ocho y pasa toda la mañana despierto hasta el medio día, después de alimentarse duerme una o dos horas y del mismo modo, pasa despierto hasta las cuatro en donde duerme una hora más.

Después de eso se duerme a las diez y repetimos la rutina. Todo un hermoso bebé.

Por esa razón incluso le había hablado a Ruggero acerca de la posibilidad de volver a trabajar antes de lo esperado.

Es más que obvio que tendremos que mudarnos pronto así que mientras más rápido sea...

Me encanta este lugar, de eso no hay dudas, pero por supuesto, no es el adecuado para criar un hijo. Necesitamos más espacio, áreas seguras y todo eso.

Así que sí, vamos a mudarnos.

—¿Hace cuánto se durmió? —pregunta sentándose a su lado. Hago un rápido cálculo.

—Cómo veinte minutos.

—En cuarenta más tiene que despertar.

—Lo hará sólo. —aseguro volviendo la vista a la televisión.— Cierto, hoy te llegó mucho correo, lo dejé sobre tu escritorio en el estudio.

—Gracias, amor.

—¿Cómo te fue?

—Estoy muy cansado, no recordaba lo que significaba volver a construir un personaje.

Yo me río, él hace un mohín y suspira con pesadez.

Sí, Ruggero volverá a actuar, y eso implica que se adapte nuevamente a horarios que frecuentemente cambian según la necesidad de la productora. Así que está teniendo una crisis de amnesia.

Como lo habíamos acordado, yo me había alejado del agitado mundo del espectáculo y lo haré hasta que Eithan cumpla un año. Mientras tanto estoy aprendiendo a ser esposa y esa tarea es mucho más difícil que cualquier otra cosa.

Nos quedamos en silencio viendo la película que se reproduce en la pantalla. Una hora después Eithan llora y yo le tomo en brazos.

Ruggero se acerca.

—Que guapo hijo saqué. —presume suelto una risita.— Hola, campeón.

—Es tan guapo y sereno. —beso su manito.— Mi chiquito precioso.

—¿Le darás tu leche o...?

—Hace poco extraje leche, calienta eso y te toca alimentarle con un biberón.

Asiente poniéndose de pie, sigo acariciando la suave mejilla de Eithan y él solo pestañea tranquilamente y analiza mi rostro.

¿Por qué será tan tranquilo y callado?

Cuando estuve embarazada era una embarazada feliz, y si de genética se trata, siempre he sido escandalosa. Y Anto dice que Ruggero tampoco era tan tranquilo así que no entiendo por qué Eithan sí.

Make A Wish.Where stories live. Discover now