capitulo18

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) Chris sacó su bloc de notas y escribió algo en él. Entonces, arrancó la página.

-Gracias, Jim -dijo Barry Lomax, mientras estrechaba con fuerza la mano del jefe-.Te debo una.

-Me debes dos -bromeó el policía-, pero no te preocupes. Encontraré algún modo de hacerte pagar.

Chris observó cómo todo el mundo se levantaba de la silla, todos excepto Bruno, quien, por supuesto, había estado de pie tras la silla de Helena. Todos dieron las gracias al policía.

-Pueden estar todos seguros de que pondré a mis mejores hombres en el caso. En el momento en el que me entere de algo, se lo comunicaré.

Chris se apoyó contra la puerta y vio cómo todos iban saliendo. Como esperaba, Dulce lo hizo en último lugar. Desgraciadamente, May iba pegada a ella.

Dulce le dingió una mirada de miedo y de advertencia. Quien las saludó a ambas.

-May, Dulce...

No había podido hablar con ninguna de las dos antes de la reunión porque ya estaban en el despacho cuando él llegó con Helena y Bruno. Se colocó al otro lado de Dulce y notó que ella aceleraba el paso instantáneamente. Él le rozó la palma de la mano y notó que la tenía cubierta de sudor. Dulce contuvo el aliento y lo miró fijamente. Entonces, sintió que él le pasaba un trozo de papel.

-Bueno, hasta otra ocasión -dije Chris, dejándolas de repente atrás.

May aminoró el paso y se cruzó de brazos, observándolo atentamente. Chris le guiñó un ojo. No tenía la menor duda de que le iba a echar una buena reprimenda a Dulce.. si no lo había hecho ya.

 Tu apartamento.Tres.

Dulce miró la nota , que había ocultado cuidadosamente en la mano, a escondidas de May. Entonces, levantó los ojos y vio que Chris se dirigía con el resto del grupo hacia el ascensor.

-¿Qué te ha dado? -preguntó May, frunciendo los labios.

-¿Cómo dices? -respondió Dulce, fingiendo que no sabía de lo que hablaba su amiga.

-Ya sabes a lo que me refiero -murmuró May, acercándosele al ver que estaban muy cerca del resto del grupo.

-Sólo algo que se me cayó.

-Sí, sí. Te diré lo que me gustaría que se me cayera cada vez que veo a ese guaperas: las bragas.

Dulce la miró, completamente incrédula. May se echó a reír...

Las puertas del ascensor se abrieron y May se excusó para poner entrar la primera y colocarse en la parte trasera. Entonces, tiró de Dulce. Helena, Bruno, y Barry entraron los últimos y se giraron para mirar hacia la puerta. Entonces, May se dedicó a admirar los atributos de Bruno, lo que, dado su mínima contribución a la conversación, se reducía estrictamente a su físico. Que no tuviera cuello no parecía importarle a May en absoluto. Dulce le dio un buen codazo.

-¿Qué? -susurró May, tan bajo que sólo Dulce podía oírla-. Créeme si te digo que, en estos momentos, eres la persona menos indicada para amonestarme.

Dulce la miró fijamente. Esperaba no haberse quedado boquiabierta. Al verla, May sonrió.

-Si no lo sabía antes, acabas de decírmelo ahora, cielo. Menudo bombón...

-Mira, May. Este no es ni el momento ni el lugar.

 -Lo sé, pero te aseguro que muy pronto nos vamos a encontrar con ambos. Entonces, no te quedará más remedio que contármelo todo. Y digo todo.

Amante desconocido  ***HOT***Where stories live. Discover now