Tú me enseñaste

que vale la pena renunciar a un mundo

si en otra persona encuentras tu casa.

Eras el chico de los tulipanes

sabías de colores

tus manos acariciaban la energía del sol y sabían canalizarla

al corazón más solitario...

Por las noches veía a un chico que soñaba

con ríos

canarios

y campos

y retozaba entre las estrellas

pero estaba tan solo y era tanta su luz

que despertaba en el más misántropo la necesidad de acompañarlo.

Esa urgencia desataba el hambre de tenerte

cerca

porque resplandeces tanto que puedo ver con claridad

quién soy

y por qué soy lo que soy y lo que quiero ser.

Me iluminabas sin quemarme

mientras el mundo giraba sin tregua

tú lo detenías

[el mundo estaba en tu mirada]

y yo hablaba más por lo que callaba

porque se me desaparecían las palabras

la gravedad

los respiros.

Por eso, durante mucho tiempo tuve que lamentar

que el silencio nos separara en un abismo que ninguno de los dos sabía cruzar

—y tuvimos que aprender mientras navegábamos en el dolor—,

que solo podíamos dejarnos flores en la orilla

sin que el mundo lo supiera.

El amor más puro mataba

creo que esa contradicción me la llevaré a la tumba.

Me hundiré con mis banderas flameando —dijo una escritora—,

y si así el destino estaba escrito,

te abrazaría por los eones con mi incendio

hasta olvidarnos que una vez alguien escribió nuestro final.

Por eso amaba tanto tallar la piedra

es uno de los materiales que no conoce el final tan de repente

envidio su entereza

su frialdad

el difícil manejo

que no cede

no es voluble, no es humana

es aspiración, deseo de ser inarticulado

se rompe y no clama piedad

soporta los relámpagos de las tormentas

y sigue en pie.

Era mi instrumento como artista y mi envidia como amante,

una clara instrucción de cómo edificarme

ante el mundo demoledor

que guiaba hasta nuestra forma de amar y callar y gritar.

Quería pedirle ese deseo a las estrellas

por favor aunque yo no gire en el cielo ni ilumine el camino de nadie

háganme incólume.

No sabía lo que pedía hasta que se hizo realidad.

Mis palabras

mis refugios

mis manos

mis pies

mis ojos

mis días

tomaron el frío del invierno y se congelaron en el día más nublado de mi vida

por el resto de la eternidad.

Sin saber cómo escapar

era un pájaro atrapado en la nieve de su deseo de escapar

de los sentimientosque más humano lo hacían. 

EL AMOR QUE TUVIMOS Y PERDIMOSWhere stories live. Discover now